Capítulo 3

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Al llegar al museo, Branch prestó atención a todas las piezas que veía mientras que Poppy conversaba con Smidge sin prestar atención a su entorno. Hasta que el maestro llamó la atención del grupo entero para que se reunieran alrededor de una escultura.

—Echen un vistazo a esta pieza de arte.—Comenzó a decir el maestro.—Les presento al antiguo dios azteca Tezcatlipoca. Fue la deidad más importante para los mexicas, era el antiguo dios de la hechicería. Era la reencarnación del cambio a través del conflicto y se le relacionaba con la noción del destino. También conocido como el señor del espejo de humo.—El profesor interrumpió su discurso para mirar con molestia a Smidge y Poppy, quienes estaban muy entretenidos en su conversación.—Señor Kendrick y señor Dohrn ¿Les molestaría prestar atención? ¿O quizás quieran aportar algo interesante a la clase?

Ambos jóvenes observaban en silencio al profesor sin tener nada que decir en su defensa.

El maestro dejó escapar un suspiro, cansado de tener que lidiar con adolescentes.—Escuchen clase, no nos queda mucho tiempo así que quiero que por parejas terminen el recorrido. Recuerden escribir sobre aquello que más les llame la atención.

Smidge y Poppy se sonrieron y luego se chocaron los cinco. Aunque el profesor se encargo de arruinarles su momento feliz en cuestión de segundos.

—Ni piensen que los voy a dejar trabajar juntos. Señor Smidge va a trabajar con el señor Cooper y señor Poppy usted va a trabajar con...—El profe se quedó pensando un momento a ver quién era la mejor opción y luego dijo sonriendo.—con la señorita Branch.

La azabache se encontraba observando su reflejo en el espejo que el Dios azteca sostenía, pero cuando escuchó las palabras del maestro, se giró para mirarlo y luego a Poppy con expresiones de horror e incredulidad.

—Esto tiene que ser una pésima broma.—Susurró la chica.

Smidge se soltó a reír a carcajadas mientras desaparecía junto con Copper por uno de los pasillos. Poppy se acercó sonriendo traviesamente a la chica mientras que Branch lo miraba con odio.

—Tantas opciones y tenias que tocarme tú.—Dijo la chica cruzando los brazos y girando los ojos.

Eso solo aumentó la sonrisa en el rostro de Poppy, a quien le encantaba ver a Branch de mal humor.

—Oye.—Comenzó a decir el chico.—Nunca te consideré tan atrevida como para ver vídeos tan íntimos en plena clase de informática.

Branch soltó un gruñido de molestia, sabiendo que él había sido el responsable de tan pésima broma.

—De verdad que no puedo creer que tenga que trabajar contigo, Poppy. Sólo espero que tu estupidez no sea contagiosa.

—Y yo, que tu pésimo humor no se me contagie.

—Eres un grosero.

—¡Uy! Que ruda.—El joven respondió con un tono sarcástico.

—¡Te odio tanto!

Poppy sonrió con superioridad.—Eso es porque en el fondo estás enamorada de mi.

—¡Ay, por favor! Como si alguien como yo se fuera a fijar en alguien como tú.

—Admítelo, Branch, tendrías suerte si alguien como yo se fijara en ti. Es más, con esa horrible actitud que tienes, tendrías suerte si Cooper se fijara en ti.

—¡En serio que no te aguanto! ¿De verdad crees que el mundo gira en torno a las fiestas, el fútbol y la gente popular?

—¡Estás loca! Te crees muy superior al resto pero en realidad eres igual que todos los demás, Branch. No eres diferente de nosotros, Timberlake.

Intercambio de VecinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora