Capítulo 7

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Al día siguiente, Poppy se bajó del autobús escolar con toda la actitud. Había vestido el cuerpo de Branch con un par de tacones, con los cuales el chico estaba haciendo todo lo posible para no romperse un tobillo, y caminar, según Poppy; de manera sexy, una mini falda que dejaba casi nada a la imaginación, y una camisa atada de manera que pareciera un top extremadamente corto.

Los murmullos a su alrededor comenzaron a escucharse. Los chicos lo miraban con morbo y curiosidad a la vez que le chiflaban para llamar su atención, mientras que las chicas se burlaban de su intento de caminar en tacones.

La pasarela imaginaria que Poppy estaba teniendo en su cabeza, en la que se creía el mejor modelo del mundo, se vio interrumpida cuando sintió a alguien muy cerca de él. Frunciendo el ceño, se dio cuenta de que Branch le acababa de atar un suéter a la cadera, en un tonto intento de cubrir su cuerpo.

—¿Qué haces?—Le reclamó Poppy al ver que le estaban arruinando el outfit.

—Proteger mi imagen y reputación ¿no es obvio? Pareces una prostituta barata.—Dijo Branch muy molesta.

Poppy hizo una mueca mientras se encogía de hombros.—Y yo que intentaba ser una prostituta de clase alta.

—No puedo creer que John Dory te permitió salir vestido de esta forma.—Dijo Branch con incredulidad en su voz.

Poppy sonrió con satisfacción.—Logré escabullirme de John Dory, fue difícil pero no imposible. Quien me vio fue tu hermano Floyd, pero él dijo que no se iba a interponer en el proceso de autodescubrimiento de su pequeña hermanita.

—¡No puedes exhibir mi cuerpo, vestido así, por toda la escuela!

—Puedo hacer lo que a mi se me antoje. Tú empezaste esta guerra, Timberlake ¿Ya te estás arrepintiendo? Porque yo todavía no he terminado mis jugadas.

Poppy le lanzó un beso y se dio la vuelta para irse alegremente. El marcador por el momento estaba empatado, pero al final del día, él iba a ganar esa batalla.

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Tanto Branch como Poppy se dedicaron a  competir entre sí durante todo el día. Se desafiaban mutuamente para ver quién podía dañar más la reputación del otro.

Después de su perfecta caminata, Poppy decidió que durante la hora del almuerzo se sentaría con los jugadores del equipo de fútbol mientras le ponía excesiva mayonesa a su comida y masticaba con la boca abierta. Todos lo miraron con asco, incluyendo a Branch, que casi se pone a llorar al ver cómo Poppy la estaba ridiculizando.

Durante la clase de música, Branch se esforzó por desafinar y fallar todas las notas que le fueron posibles, causando muecas y rostros de sufrimiento por parte de Poppy, ya que era la única clase en la que el chico destacaba además de los deportes.

Las venganzas continuaban sin parar, y sin importarles las consecuencias de sus actos. La última jugada de ambos se llevó a cabo a la hora de salida.

Poppy iba caminando tranquilamente hasta que vio a Branch caminar decidida hacia Creek. El chico trató de seguirla lo más que le fue posible para poder escuchar la conversación sin hacer muy evidente que estaba siendo un chismoso.

Creek y sus amigas discutían sobre el ridículo atuendo que usaba la ojiazul ese día, y su patético intento de llamar la atención. La conversación fue interrumpida por la llegada de Branch, quien las observaba con seriedad.

—Hola Poppy.—El saludo de Creek fue serio, ya que la joven seguía molesta por el rechazo en la cafetería.

—Hola Creek. Me gustaría hablar contigo de algo importante.

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