1999 No Fue El Único Verano Extraño - Josuhan

6: "Tuve un sueño raro, anoche..."

Rohan yacía despierto mientras Josuke dormía, rodeando su torso lánguidamente con los brazos y apoyando la cabeza en el pecho del hombre de pelo negro, que subía y bajaba, escuchando los tranquilos latidos de su corazón.

A solas con sus pensamientos, reflexionaba sobre la razón por la que había decidido intimar tanto con Josuke en esta compleja artimaña, todo en nombre de la "creatividad", es decir, que nunca había tenido la intención de pedirle a Koichi, ni a nadie más, que le sirviera de musa para su nuevo proyecto paralelo. Todo era una astuta estratagema para hacer sentir a Josuke que era la única persona a la que podía pedírselo... cuando, en realidad, Josuke era la única persona a la que pretendía involucrar.

Después de todo, lo hacía por su arte, y la historia secreta y oculta que tenía con Josuke era la base perfecta para una historia así. La verdad detrás de su elección de Josuke para su trabajo era que algunos detalles confusos que no lograba recordar desde que obtuvo Heaven's Door finalmente comenzaron a encajar.

Al principio sólo eran pequeñas cosas, como la extraña familiaridad que no podía encontrar entre la madera de cedro y la nuez moscada de la colonia barata que usaba Josuke, y la inflexión de su acento al hablar. Pero, en última instancia, sería un trozo de papel olvidado en su escritorio el que contenía la respuesta a un recuerdo incompleto que le atormentaba:

¿Cómo había sobrevivido exactamente a la flecha que le hizo ganar Heaven's Door?

Recordando aquel día de primavera de 1999, Rohan recordó que acababa de mudarse a Morioh desde Tokio; había salido a comprar algunos artículos de primera necesidad y una comida ligera para la noche, pero se encontró con una multitud de curiosos que rodeaban un robo convertido en situación de rehenes. Intentaba ver mejor el suceso cuando un matón adolescente empezó a pelearse con el delincuente y acabó siendo abordado por la policía mientras arrestaban al criminal. No estaba muy seguro de los detalles, ya que se encontraba al fondo de la multitud, pero poco después de que se resolviera la situación, la policía empezó a enviar a todos los transeúntes.

Cuando la multitud se hubo disipado, optó por tomar algunos atajos en los callejones para volver a casa, y poco después de doblar la esquina de uno de ellos recibió una flecha que le atravesó el pecho. Completamente estupefacto, se quedó mirando la anticuada punta de flecha que sobresalía de su esternón antes de que su visión empezara a nublarse, perdiera toda sensibilidad en las piernas y cayera boca abajo al suelo. Casi de inmediato, oyó pasos pesados que se acercaban a él con determinación, y sintió la tensión de quienquiera que fuese agarrándose a la flecha.

"Joder, qué puto desperdicio. Pensaba que alguien como tú tendría potencial... pero no eres más que otro don nadie". Quienquiera que fuese esta voz debía de ser el que le había disparado. Rohan aspiró sangre cuando su agresor le pisó la espalda, sacando la flecha con un repugnante sonido de aplastamiento. La suela de su atacante raspó y repiqueteó contra el pavimento mientras se alejaba, comentando: "Qué vergüenza".

Rohan permaneció allí tumbado quién sabe cuánto tiempo, el Manga-ka riéndose internamente de su propia y patética mortalidad, y de que lo único que lamentaría sería que Pink Dark Boy se convirtiera en un manga inacabado. Era tal y como había dicho la persona que le había disparado... qué puto desperdicio.

"Mierda, mamá me va a matar por llegar tan tarde a casa después de este relajo, y el abuelo... ¿eh?". De repente, Rohan oyó una voz al doblar la esquina, y unos pasos rápidos se detuvieron en seco cuando una voz masculina aterrorizada se dirigió a él. "O-oi, oye... tú... ¿estás bien?". Rohan jadeó, tosiendo sangre tras un intento fallido de hablar y tratando de impulsarse para ponerse en pie, a pesar de la sangre que manaba a borbotones y el dolor punzante de su herida. "No, ¡para! No te muevas, puedo ayudarte".