TOMA MI MANO

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Sus padres tenían otra reunión, una de esas fiestas donde sus razas aprovechaban para conocerse, charlar y tener sexo, muchas de esas fiestas servían para encontrar a su alma gemela, su pareja pre destinada, era de hecho uno de los principales propósitos, sus padres  podrían estar pensando que serviría para que encontrará a su pareja pre destinada. Tarde. Sabía que tenía que decirles, pero no encontraba la manera de explicarlo, de decirlo, la verdad es que la reacción de su padre sería lo más complicado, y su madre, bueno, su madre aun lo veía con recelo, como sopensando si debía o no hablar del asunto con el.

Su madre entró en la habitación, seguramente le avisaba que los invitados empezaban a llegar, estaría lo menos posible, ya no le interesaba asistir, lastima.

— Ya voy —dijo antes de que su madre dijera algo.

— ¿Vas a bajar? —preguntó su madre— Se que ya nada va a ser lo mismo.

— No, ya no —dijo Tom.

— ¿Cómo se llama? —preguntó su madre.

— Bill —dijo Tom, sintiendo un cosquilleo al mencionar su nombre— Estudia arte, es de la universidad, es de mi estatura, delgado, se maquilla pero creo que realmente le queda, es amable y algo tímido...

— Me gustaría conocerlo algún día —dijo su madre— Vas a tener que hacerlo oficial.

— Ya lo se, pero el no lo sabe —dijo Tom— Quiero decirle todo con calma, no quiero que se asuste.

— Lo entiendo.

Ambos saltaron del susto cuando vieron a su padre en la puerta, iba llegando, Tom se levantó y sonrió, seguro que no había escuchado nada.

— Estoy seguro que no podemos hacer esperar a los invitados — dijo Jorg. Tom asintió.

— Vamos —dijo sonríendo.

La fiesta estaba empezando y podía ver a las chicas analizando los partidos, los chicos estaban distraídos pero sabía bien que estaban consientes de la atención de  las chicas, el lo había sabido desde siempre, desde que entras a una habitación puede saberse qué te miran, qué inspeccionan, generalmente las chicas use guían por instinto y eligen a los más fuertes, con mejores genes, el siempre había salido triunfante. Ya no más.

Entró a la habitación y noto la atención en el, había chicas lindas, la mala noticia es que ya ninguna le atraía. Sería una larga noche.

Para la media noche se encerró en su habitación, nunca se imaginó que llegaría a odiar a las chicas que se le insinuaban, que querría salir corriendo y que estaría pensando en un chico mientras había chicas semi desnudas a su alrededor. Era horrible.

Se recostó en la cama, se puso sus audífonos y pensó que si tuviera el celular de Bill podría enviarle mensajes. Tenía que pedírselo, definitivamente.

Cereal fue su cena, de nuevo, su madre se largo con Gordon, su novio a quien sabe donde sin dejarle  nada, claro que no era la primera vez que lo hacía pero esta vez el no tenía nada ahorrado, todo se lo habían llevado en libros y materiales, ¿Cómo podía comer hasta que su madre regresara? No entendía, su madre era una buena mujer, de pequeño siempre me cuido, ahora se iba y le importaba bien poco, sabía que quizá lo hacía por temor a ser golpeada o a que el le golpeara, pero su corazón ya no podia albergar más lastima por ella, por el mismo.

"Deja de sentir lastima por ti Bill" se dijo así mismo, se iría a acostar ya, y podría ir a la universidad, cuando se titulara podría ser independiente, podría hacerlo, y se olvidaría de su vida actual, se aferraba a ese sueño tanto como podía, era su esperanza.

Lican (tomoeandikr) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora