BUENÍSIMO

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Sabía que su amigo estaba molesto, sabía lo que le había hecho Tom pero esta vez no pudo ser mejor, Bill necesitaba comer pero era demasiado orgulloso para pedir ayuda, así que el chico le hubiera obligado fue una táctica bastante buena.

— ¿Puedes creerlo? —preguntó Bill— Corrió a una chica, se porto de lo más grosero.

— Con la chica —dijo Andy.

— Con la chica —confirmo Bill— Gracias al cielo no sabe donde trabajo, de lo contrario...

— Bill, ¿ya tienes dinero o algo que comer más tarde?

— Andreas no empieces —dijo Bill exasperado.

— ¡Es importante que comas! Tu madre parece...

— Basta —dijo Bill serio— Mi madre no tiene la culpa de nada, ya sabre que hacer.

Andreas guardo silencio pero sabía lo que significaba: que Bill no tenía idea  que haría, si su madre se demoraba, si no encontraba forma de conseguir dinero entonces tendría que intervenir, no dejaría a su amigo en la miseria.

Caminaron hacia la salida cuando vio la vieja camioneta destarlatada del padrastro se Bill, lo tomo del brazo para advertirle pero fue tarde, el hombre les vio y se dirigía hacia ellos, no lucía complacido.

— No dejes que te lleve, no tardo —dijo Andreas echando a correr.

Sabía lo que vendría, ya una vez había llevado a su amigo solo para sacarle dinero, golpearlo y divertirse con el mientras su madre estaba ausente, o demasiado drogada para darse cuenta, Gordon era un hombre malvado, y solo se le ocurría una personas para ayudar a su amigo.

Estaba molesto, de entre todas las posibles parejas que lo podían llegar a tocar le toco el que no comía, el que estaba delgado por falta de alimento... ¿Por qué demonios no comía? Había fingido perfectamente frente a Bill para no pelear pero la verdad es que estaba muy molesto, aun no le tomaba aprecio a ese apego repentino hacia el chico y este lo hacía apegarse: preocuparlo.

Dejo a un lado ese pensamiento cuando vio al amigo de Bill corriendo hacia el, se detuvo por inercia y el rubio parecía bastante agitado, no sabía si por la carrera o era algo más.

— Tienes que ayudarle —dijo el rubio sin demora.

— ¿Es Bill? —preguntó Tom preocupado.

— Su... su padrastro va a llevarle... no... —decía Andreas mientras trataba de meter aire. Tom no le espero, salió corriendo hacia la puerta del campus.

No entendía muy bien pero sabía que no debía dejar a Bill solo con su padrastro, era lo poco que le había entendido a Andreas. No dejaría que Bill se fuera con el aunque tuviera que moler a él hombre a golpes y reclamar ahí en medio de todo. Lo haría si fuera necesario.

Llego a la puerta a tiempo para ver al pelinegro acorralado contra la puerta de un carro, el hombre que se inclinaba sobre el de manera amenazadora no le tocaba pero la agresividad podía verse. La primera  idea fue la de agarrar al tipo, jalarlo y quitarlo de en medio. Pero lo pensó mejor, así no conseguiría nada, de ninguna manera.

Sentía las piernas hechas gelatinas, tenía que irse a trabajar y su padrastro insistía en llevarlo con el, a veces le daban ganas d llevarlo para hacer con el lo que quisiera,  el sabia que si se iba perdería las clases, bajaría promedio y perdería todo por lo que había trabajado, no permitiría eso, no podía.

Volteo hacia la derecha y vio a Tom fulminando con la mirada a Gordon, y sin querer el alivio fue inmediato.

Tom se acercó y  Bill pudo notar que conforme avanzaba su semblante cambiaba hasta mostrar una sonrisa.

Lican (tomoeandikr) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora