P┊ ❝ Déjame darle celos a las constelaciones al mostrarles que no podrán tener algo tan especial como lo nuestro. ❞
El bandido espacial había encontrado un nuevo tesoro.
Ella solo dejaba que el cambiase lo escrito por los hechiceros, violando sus l...
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❝ Había una vez, un forajido espacial... Que se enamoro de la hija del rey del espacio. Y ambos estuvieron de acuerdo en que estaban destinados a estar juntos... La princesa decidió huir con él Y planeaban reunirse en su prado favorito. Pero era una trampa La princesa había mentido y el forajido Estaba rodeado por el ejército de brujos del rey Lleno de ira por su traición La magia que estaba destinada a capturar al forajido En lugar de eso lo transformó en un monstruo Y escapó.❞
Esto fue lo que se comentó después del incidente: la noticia se esparció por todo el planeta donde había dejado de existir aquel joven.
Sin embargo, la narración tenía varios vacíos, pues estaba contada de esta manera para ocultar la verdad.
Y la verdad era que el fugitivo espacial tenía una amante. Fue precisamente por eso que la princesa decidió traicionarlo, incapaz de soportar la idea de que alguien más ocupaba su lugar.
No podía aceptar que la persona a la que amaba no correspondía sus sentimientos y que solo la había engañado.
De esta forma, abro el telón para relatar una historia de amor y traición, una historia entre un fugitivo espacial y una pequeña estrella caída del cielo.
El viento movía suavemente las flores blancas que decoraban el suelo del extenso terreno. El sonido del agua al chocar llenaba el espacio donde el joven de cabellos albinos se disponía a descansar tras una larga jornada. Su cuerpo yacía sobre el césped, extendido bajo su larga capa de apariencia distintiva, sus manos en la nuca y su pecho elevándose al respirar.
Estaba en un momento de calma en un planeta donde había decidido pasar unos meses para reparar su nave, sin prisa alguna, ya que encontraba gratificante la vida en ese lugar. Violett solo prestaba atención al pequeño de cabellos castaños, quien intentaba resolver sus dudas sobre la falla del motor. Se había rendido y, dado su carácter indolente, optó por dejarlo al destino.
"Era ridículo". Eso se repetía en su mente desde que aterrizaron en el lugar. Violet no dejaba de comportarse como una madre cariñosa con el niño y se molestaba cada vez que él se acercaba, diciendo que "tenía una expresión mortuoria" y que "podría traumatizar al niño". Puras mentiras, sus intenciones eran evidentes: quería pasar tiempo con el pequeño para mimarlo. De alguna manera, desprendía una gran aura maternal.
Una madre algo torpe y despistada al probar los nuevos artefactos del prodigio de la nave. No lo malinterpreten, también le tenía cariño, pero su voz le resultaba molesta, sonaba como la de un bebé. Creo que en realidad era un bebé.
Una vez más, sus pulmones se llenaron de aire antes de abrir los ojos y observar detenidamente el cielo azul. De alguna manera, todo le resultaba familiar, pero juraba, por su hermoso rostro, que nunca había estado allí. Se reacomodó en el césped, permitiendo que sus dedos se enredaran en las largas tiras y se deslizaran hasta las puntas, donde había pequeños indicios de corazones formados por las flores.
