➳ capitulo 4 ➳

2.7K 178 35
                                    

Llegué a mi habitación y la abrí, tenía una solitaria y eso me agradaba demasiado no me gustaría compartir habitación, saque a Newton y dejé la maleta a un lado el solo corrió por la habitación investigandola yo sonreí y vi hacía el balcón abrí la puerta y observé como se veia todo eran las 10 de la mañana el sol llegaba directo eso no me gustó asi que me quite la chaqueta peluda y le deje adentro encima de la cama me devolví y salí mirando hacia el mar y lo lindo que se veía, acaricie el tubo del balcon y mire sientiendo la brisa en mi cara, a mi papá le encantaría estar aqui viendo lo hermoso de ese paisaje, mi celular sono y yo lo saqué rápido abriéndolo para contestar.

– ¿Alo? –

– hola morrocoi, ¿Como llegaste a Houston? – yo de inmediato sonreí girando me hacia un lado viendo hacia el balcon de la derecha

– hola papi, bien llegamos bien de echo ya me iba a instalar en mi habitación junto a Newton – yo me crucé de brazos Pero aun sosteniendo el celular con una mano

– a qué bueno mi morrocoi – siempre me decía así desde que era muy pequeña y realmente amaba que me llamara así – ¿Y que, si estás disfrutando este trabajo temporal? –

– pues se puede decir que si, realmente no lo veo tan difícil como pensé que sería – me puse el cabello detrás de la oreja y después volví a mi posición inicial – me alegra hablar contigo enserio que si – el se rió del otro lado

– yo también mi morrocoi desde hacía varios días no hablamos por qué una señorita está muy ocupada – yo me rei, ser enfermera no era fácil pero realmente lo amaba así que no me quejaba de nada.

Narra Richard:

Yo entre a mi habitación al parecer la compartiría junto a lucho y no me molestaba, el desde siempre fue un bacán conmigo entonces no había de que preocuparse, salí al balcón la vista estaba espectacular Pero cuando me gire a maso menos un metro pude ver a Jazmin estaba de espaldas a mi balcón estaba a casi un metro de distancia la separación de nuestro balcones, yo pare oreja por qué estaba hablando por celular.

– me alegra hablar contigo enserio que si – y escuché su risita igual a la que había escuchado antes en el avión y el aeropuerto, ¿Con quién le alegraba hablar? Fruncí el seño y camine un poco más allá en silencio viéndola y tratando de escuchar Pero no escuchaba nada – no me culpes es que eh estado ocupada y ahora más, de verdad me encantaría que estuviera acá y poder abrazarte te extraño mucho – ¿Extrañar? ¿Ve y a quien va a extrañar?.. ¿Y yo por qué pienso eso?

– que belleza – ví como dió un salto espantada cuando hablé recargado en el balcón, ella se giro y me miró mal

– oiga usted si es cansón y además de eso mal educado, ¿Que nunca le enseñaron a no escuchar conversación ajena? – oila, dizque maleducado

– oigan a esta, yo maleducado no soy respete yo no escuché nada – la mire y me cruce de brazos

– ¿Está? – ví como se cruzó de brazos y dió un paso más cerca aun que la distancia de un metro aun estaba en medio de ambos – respete mijo, además, ¿entonces que hacia ahí si no estaba escuchando? –

– pues viendo el balcón ni modo que a usted – ella se rió y me miro mal otra vez

– ¿Ah no? Y entonces que hacia viéndome desde hace como 2 minutos ahí parado como bobo – ¿Se dió cuenta? Uy

– oila, yo no la estaba mirando a usted mija bajese de esa nube – ella abrió la boca ofendida y se rio

– ay que si, ¡Cansón! –

– ¡Amargada! –

– ¡cansón! –

– ¡Viejita chuchumeca! –

Besó; Richard Rios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora