Evangelion: toda la libertad del mundo

Capítulo 11: Ángel Misterioso II

El puente de mando del cuartel general de NERV estaba con el mismo ajetreo profesionalmente limitado de siempre durante un ataque de ángel. Este ya era el sexto ángel que atacaba aquí; para la mayoría de la gente se había convertido en una extraña especie de rutina.

Pero no para Misato.

No era sólo que odiara esperar y siempre lo había hecho. Desde que dejó el hospital psiquiátrico hace tantos años, odiaba toda forma de inactividad. Quedarse quieto significaba la muerte. Pero lo que es más, ella necesitaba esto: necesitaba la lucha contra los ángeles. En estos días, se sentía verdaderamente realizada, por primera vez en 15 años, ahora que podía contraatacar esas abominaciones.

Este fue su primer año de estar viva nuevamente. Ella haría lo mejor que pudiera en esta pelea. No volvería a fallarle a su padre.

Con los ojos entrecerrados miró la enorme pantalla holográfica que se extendía frente a los distintos niveles del puente. Las Unidades Evangelion 01 y 02 estaban mirando el círculo gigante de hélices que giraban en el cielo, y sus pilotos claramente no estaban seguros de qué hacer. La Unidad 00 se estaba levantando lentamente de los escombros a su alrededor. Algún técnico de puente u otro había actuado muy rápidamente al ver la explosión desarrollarse entre la Unidad y el ángel, y había limitado la tasa de sincronización de Mari al 15%, a pesar de la falta de órdenes para hacerlo. Misato esperaba que él o ella no se metiera en problemas por eso, dado el resultado exitoso de la acción, pero no podía estar segura – y ahora tenía otras cosas de qué preocuparse.

Mirando por encima de la consola de un técnico cercano, Misato vio que los signos de vida de Mari estaban estables y que el piloto todavía estaba consciente, aunque aturdido. Eso significaba que el Coronel todavía tenía tres unidades activas y tres pilotos para luchar contra el ángel. Ahora dependía de ella dirigirlos.

"Mari está estable y se reincorporará a la lucha una vez que se recupere", les dijo a los otros dos pilotos. "Rei, muévete 60° alrededor del ángel de la derecha". Después de que la chica confirmó, Misato continuó: "Una vez que ella esté en su lugar, tomarás al ángel bajo fuego cruzado".

"¿Con el rifle de paletas?" Asuka gruñó. "¿Cuándo esa cosa ha logrado algo en una batalla?"

Misato sólo suspiró. ¿Qué pasa con esa chica? Asuka siempre había sido un poco… difícil. Siempre brusco y abrasivo, siempre espinoso y algo distante, a veces incluso abiertamente hostil. Pero las últimas semanas habían sido especialmente malas. Asuka estaba de mal humor, constantemente irritada, incluso simplemente enojada.

La pubertad, supongo.

Lo cual hacía una mala combinación con la necesidad de salvar el mundo.

Misato sabía, por supuesto, que el rifle de paleta no era un arma particularmente efectiva. No se trataba de lastimar al ángel, sino de sondearlo, pincharlo con un palo. Por la forma en que se cernía sobre la ciudad, gigantesco y distante, no estaba muy claro qué podría dañarlo, o cuáles eran sus capacidades.

Dos corrientes de fuego se encontraron en medio del enorme círculo de luz que era el ángel. Las balas enriquecidas con uranio empobrecido parecen atravesar las hélices que formaban sus lados. El ángel simplemente continuó flotando y girando, como si nada pudiera tocarlo.

Veamos si podemos llamar su atención.

"Asuka, toma tu espada flexible y prepárate", ordenó Misato. "Rei, toma la bazuca. Veamos si esos cohetes tendrán algún efecto".

Una sonrisa depredadora apareció en el rostro de Misato. Tarde o temprano encontrarían una manera de lastimar al ángel; Ella estaba segura de eso.

"Finalmente," gruñó Asuka mientras su Unidad simplemente dejaba el rifle de plataforma caer en la calle como si no fuera una pieza de equipo valorada en decenas de millones de dólares. Fue a recoger la espada flexible. En la holopantalla gigante frente a ella, Misato pudo ver el Evangelion rojo levantando la espada en el aire, el sol reflejándose en ella con un brillo. Entonces la titánica máquina de guerra se giró para enfrentar al ángel nuevamente.