3. DOSIS

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*no me involucres en tus mierdas* suspiró hastiado *y deja de llorar, me cansas*

y, por enésima vez, me tragué las lágrimas

.

.

.


estoy tumbada en la cama.

el dolor me invade hasta las trancas.

no puedo moverme.

apenas soy capaz de respirar.

pero él entra en la habitación y con solo verlo los síntomas me bajan una rayita.


*tardé mucho??* su respiración descontrolada da a entender que ha corrido una pequeña maratón.


*no, gracias por venir* como puedo, le dedico una sonrisa.


se me desvía la mirada a una pequeña bolsa que cuelga de su muñeca.

y él lo nota.


*ehhm* se rasca la nuca con su brazo tatuado *te traje unos presentes*


está tímido;

le da vergüenza;

qué mono.


se acerca a mi cama, yo le hago un hueco para que se siente.

y empieza a sacar las cosas que compró.


sushi,


oreo,


chocolate blanco,


...y tampones.


*jung-jungkook* me pongo nerviosa *qué haría sin ti*.


*todavía queda una cosa* evita mirarme a los ojos.


lo saca de la bolsa; un cinturón??


*esto... puedo?* señala mi cintura.


*s-sí*


los nervios se me agolpan en la garganta cuando me roza por encima del pijama para ponerme el accesorio.

se siente bien, pero... nadie me toca desde que...


de repente, una ola de calor se expande por todo mi abdomen.


lo miro.


*me dijo la farmacéutica que va muy bien para los dolores menstruales* me mira inocentemente.


y de solo imaginármelo allí, oyendo las explicaciones de cómo funciona el artilugio, me invade la ternura.

no sé cómo expresar lo agradecida que estoy, pero le dedico la sonrisa más sincera que puedo adoptar;

cuando me la devuelve, no puedo ver nada más, quedo hipnotizada,


hasta que una sensación asquerosa rompe la conexión;

un flujo de sangre se desliza hacia abajo por mi vagina, lo que solo me recuerda que mi tampón explotará si no lo cambio ya.


me muevo y él me cuestiona con la mirada.

pero entonces ve que tomo un tampón de la caja,

y no tarda en hacer una de las suyas.



*te lo puedo meter yo*


los ojos se me abren como platos;

su boca se extiende en una mueca tontorrona.


*es broma, pero si quieres no es broma*


*jeon, yaaa!*


como las otras veces, oigo sus carcajadas de camino al baño,


y yo me río también,

pero a la vez lo maldigo;



por su culpa, mi mente no puede dejar de imaginar cómo se sentirían sus dedos dentro de mí.









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reviviscere | jeon jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora