¿𝘝𝘰𝘭𝘷𝘦𝘳 𝘢 𝘦𝘮𝘱𝘦𝘻𝘢𝘳? |saneoba|

»☁️« ⇢ ˗ˏˋ [ 02 ] ࿐ྂ

—muy bien, puedo hacerlo— un Omega azabache de baja estatura se encontraba frente a la casa de su mejor amigo esperando a que abrieran la puerta —¿Que tan difícil puede ser? Solo debes pedirle el favor de que te ayude con tu embarazo y después...— se quedó quieto meditando lo que pasaría después de dar a luz. De verdad no sabía que haría, ¿Dejaría la organización definitivamente? Si la dejaba ¿En qué trabajaría? Y si volvía ¿Quién cuidaría de su cachorro? No confiaba para nada en las nanas...

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando el dueño de la finca abrió atendió los llamados a la puerta.

—ah, hola Iguro, no esperaba verte por aquí, pasa — se hizo a un lado y le dejo pasar. —¿Que necesitas?

—Shinazugawa...— su voz se escuchó con un tono ligeramente diferente —quiero hablar contigo...

Aquella frase dejo al alfa algo confundido, ¿Que le pasa a Iguro? El nunca lo había escuchado dirigirse a el con esa frialdad.

—¿Sobre que enano?— el simplemente intento dirigirse a su contrario de la misma manera

—verás... Hace unos días fui con Tomioka y me explicó unas cosas sobre mi embarazo, pero sobre todo me dijo que necesitaba un alfa para el último trimestre.— ya sabía por dónde iba la cosa —así que me gustaría que-

—lo haré...

Iguro perplejo miro a Sanemi ¿Enserio le ayudaría?
Waos, ni siquiera tuvo que pedírselo.

—¿Que? ¿Enserio vas a ayudarme?— hizo la pregunta aún pensativo por lo dicho por su amigo

—claro, por eso somos amigos ¿No?

Y cuánto le dolía a Shinazugawa decir esas palabras, a pesar de tener algo más o menos serio con Kanae el sentía cosas hacia su chaparro amigo azabache.

En cuanto lo conoció el sintió que debía estar con el, pero en cuanto se enteró de su relación con Kanroji decidió dejar de cortejarlo y olvidarse de el, por eso comenzó a hablar con Kanae. Con el tiempo se dio cuenta de que no sentía nada por Kanae, pero intentaba aparentarlo. Simplemente no podía olvidar a su amigo, deseaba con todas sus fuerzas de que algún día sus sueños se hicieran realidad, que Obanai dejara Mitsuri y se fuera con el y escaparan lejos de todos sus conocidos. Y aunque sonara muy egoísta eso era lo que pasaba por su mente...

—enserio muchas gracias Sanemi— le dijo Iguro mientras le abrazaba —no se que hubiera hecho si me decías que no. No se a quien más hubiese recurrido, eres el único al que le tengo la confianza para pedir esto.— sus ojos empezaron a lagrimear. Últimamente se estaba poniendo muy sensible.

—no me lo agradezcas enano,— se separó un poco de el para mirarlo a los ojos —siempre podrás contar conmigo y estaré ahí para ti en las buenas y en las malas.

Sin duda las cosas para
Obanai iban a mejorar...

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