¿𝘝𝘰𝘭𝘷𝘦𝘳 𝘢 𝘦𝘮𝘱𝘦𝘻𝘢𝘳? |saneoba|

»☁️« ⇢ ˗ˏˋ [ 04 ] ࿐ྂ

Debido a la condición del pelinegro, Sanemi debía mudarse a su finca durante el tiempo que duraba su embarazo, pues como el omega ya tenía un nido ahí sería más complicado intentar que el pelinegro quisiera salir de ahí a obligar a Sanemi a mudarse. 

Y no es que Sanemi no quiera, pero odia tener que estar trasladando sus cosas de un lado a otro.

一¿Es todo lo que vas a llevar?一 le preguntó el pelinegro a su amigo 一es enserio cuando digo que puedes llevar todo lo que quieras aunque no lo necesites. Tengo espacio de sobra.

一si, es todo一 le respondió el albino 一no ocupo muchas cosas realmente así que estaré bien así.

Y no era por criticarlo, pero Iguro consideraba que solo tres cambios de ropa, algunas mantas y artículos de higiene personal no eran sufucientes. Pero bueno, cada quien.

Partieron de la finca del mayor para poder regresar a donde vivía el más bajo. Iban muy tranquilos y con un paso no tan acelerado, sin embargo el animo de Sanemi se vió decaido cuando el omega comenzó a hablar por milésima vez de cuanto amaba a Mitsuri pero no quería regresar con ella.

Esta bien que hables con tus amigos sobre ese tipo de problemas, pero a veces, que ese sea tu único tema de conversación era estresante y de cierta forma irritante. Sanemi consideraba que lo más importante para poder "superar" a tu ex era simplemente dejarlo ir, pero si en cambio lo único que haces es pensar en esa persona y arrepentirte de cosas que ya pasaron es claro que no lo vas a superar. El albino consideraba que un paso importante era conocer personas nuevas.

Lamentablemente, Obanai estaba haciendo ambas cosas al mismo tiempo.

Conocía a Tomioka, si, pero no hablaba con el, asi que el hecho de que se esté acercando de forma amistosa al azabache de ojos azules contaba como conocer personas nuevas, pues en la visita que le hizo hace unas semanas pudo ver una faceta de Tomioka que ningún otro pilar había visto, y esa era su faceta como mamá.

A el le gustaría poder desarrollar esa faceta igual de bien que el azabache más grande, pues el día que estuvo con Giyuu pudo sentir esa aura maternal que desprendía. Y el olor. Dios, el olor de un omega que es mamá es para Iguro uno de los más bonitos que se podían oler.

Al cabo de unos minutos llegaron a casa del azabache.

Realmente no es un lugar muy grande, pero se sentía acogedor. 

Sanemi realmente esperaba que en algún momento su casa tambien se sintiera así. Incluso esperaba que su casa pudiera ser con el azabache.

Pero en algún momento tendría que dejar de hacerse ilusiones...