intensamente 2: salvando el multiverso 🗿

carrera a contra reloj

Peter regresó al cuartel después de unos días, preocupado por cómo estaría Riley después de su cumpleaños. Decidió ir a verla y asegurarse de que todo estuviera bien. Al llegar a su casa, encontró a Riley en su habitación, con una mirada pensativa y un aura que no había visto antes.

"Riley, ¿cómo estás?" preguntó Peter, entrando con cautela.

Riley levantó la vista, con sus ojos reflejando una mezcla de emociones complejas. "Estoy... lidiando con algunas cosas," respondió vagamente.

Antes de que Peter pudiera indagar más, la brújula de multiverso comenzó a brillar intensamente en su bolsillo. Sin previo aviso, un portal se abrió a su lado, succionándolos a ambos a través de un vórtice de luz y energía.

Aterrizaron en medio de un bullicioso laboratorio lleno de científicos, maquinaria y documentos esparcidos por todas partes. El ambiente estaba cargado de tensión y urgencia.

"¿Dónde estamos ahora?" murmuró Peter, levantándose y ayudando a Riley a ponerse de pie.

Un hombre de mediana edad, con gafas y una expresión de profunda concentración, se acercó a ellos. "¿Quiénes son ustedes y qué hacen aquí?" demandó con severidad.

"Soy Peter Parker, y ella es Riley," respondió Peter rápidamente, notando la insignia en el delantal del hombre que decía 'Dr. Oppenheimer'. "Creemos que estamos aquí para ayudar."

Dr. Oppenheimer los miró con escepticismo, pero la urgencia de la situación superó su desconfianza inicial. "Estamos en una carrera contra el tiempo para desarrollar la bomba atómica antes de que los alemanes lo logren," explicó rápidamente. "Cada segundo cuenta. Si no lo conseguimos, la guerra podría tomar un giro desastroso."

Riley y Peter intercambiaron una mirada decidida. "¿Qué necesitamos hacer?" preguntó Riley, su voz firme.

Oppenheimer los condujo a una mesa llena de planos y ecuaciones complejas. "Necesitamos resolver una serie de problemas críticos en la cadena de reacciones nucleares. Cualquier error podría ser catastrófico."

Peter, con su mente científica aguda, se sumergió en los cálculos y las ecuaciones, trabajando junto a los otros científicos. Riley, a su vez, se encargó de organizar y revisar los documentos, asegurándose de que nada se perdiera en el caos del laboratorio.

A medida que pasaban las horas, la tensión en el laboratorio aumentaba. Peter trabajaba frenéticamente, mientras Riley lidiaba con las nuevas emociones dentro de ella, luchando por mantener la concentración en medio de la ansiedad y el estrés.

De repente, una alarma sonó en el laboratorio. "¡Los alemanes han lanzado un ataque aéreo! ¡Tenemos que evacuar!" gritó uno de los asistentes, causando un pánico generalizado.

Peter y Riley se quedaron junto a Oppenheimer, que se negaba a abandonar su trabajo. "¡No podemos detenernos ahora! ¡Estamos tan cerca!" exclamó, sus ojos llenos de determinación.

Riley, con su traje negro oculto bajo su ropa normal, sintió una oleada de resolución. "Debemos proteger este lugar," dijo, mirando a Peter. "No podemos dejar que todo este esfuerzo sea en vano."

Con un plan rápido en mente, Peter utilizó sus habilidades arácnidas para sellar las puertas y ventanas del laboratorio con telarañas, mientras Riley ayudaba a los científicos a encontrar lugares seguros para refugiarse.

Las explosiones sacudieron el edificio, pero gracias a sus esfuerzos, lograron minimizar los daños y proteger el trabajo crucial en el que estaban inmersos.

Finalmente, después de horas interminables de trabajo y tensión, Peter dio un paso atrás, observando el resultado de sus cálculos y esfuerzos. "Lo logramos," dijo, con una mezcla de alivio y agotamiento.

Oppenheimer lo miró con gratitud. "Han salvado nuestro trabajo y, posiblemente, el destino de la guerra. No sé cómo agradecerles."

Riley y Peter intercambiaron una mirada de comprensión. "Nuestra misión aún no ha terminado," dijo Peter, activando la brújula una vez más.

Mientras el portal se abría, Oppenheimer les dio una última mirada. "Buena suerte," dijo simplemente.

Con una última mirada al laboratorio y a las personas que habían ayudado, Riley y Peter saltaron a través del portal, listos para el próximo desafío en su misión para salvar el multiverso.

Al aterrizar en un nuevo universo, Riley sintió una oleada de nuevas emociones abrumarla: ansiedad, envidia, vergüenza y aburrimiento. El simbionte en su cuerpo parecía amplificar estas sensaciones, haciéndola sentir más vulnerable y poderosa al mismo tiempo.

Peter notó el cambio en ella, pero antes de que pudiera decir algo, un nuevo escenario se desplegaba ante ellos. Estaban listos para enfrentar lo que viniera, juntos, decididos a proteger cada universo que visitaban.