6.

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SUNGHOON

¿Qué carajos se supone que se hace en estas circunstancias?

Ni siquiera puedo pensar correctamente cualquier estupidez, es como si mi mente estuviera drogada queriendo simplemente dejar de funcionar para volverme un completo imbécil sin capacidad de controlarse. Diablos.

Jake no paraba de jadear mientras apretaba su garganta con mis toscas manos, casi queriendo destruirlo en ese preciso momento, mis ojos querían ver como su rostro comenzara a tornarse morado y sus ojos se salieran de su órbita quedándose muy abiertos mientras el último suspiro abandonaba sus carnosos y apetecibles labios carmesí.

Pero no podía hacer nada mientras él me miraba directo a los ojos, como si el miedo hubiera abandonado su sistema, como si no le importara que lo asesinara justo ahora... Y eso, me tenía como loco.

Mirar como sus ojos me suplicaban algo, pero no era que parara, no era un grito de ayuda o auxilio...

Más bien lo percibía como un "Por favor, hazlo". Una tentadora invitación a hacerlo trizas... Algo que no podía hacer por ahora.

Carajo... Su rostro rojizo, sus ojos lagrimosos, la sangre adornando tan perfectamente sus prendas pegadas a su hermoso cuerpo y sus venas yugulares sobresaltándose por entre mis manos enroscadas en su delicado cuello, los sonidos provenientes de su boca entreabierta, sus manos privadas de la libertad, y su cuerpo entero a mi merced... Todo era una escena que hacía a mi polla palpitar entre mis pantalones de mezclilla oscura.

Hacía tiempo que nada me excitaba de esta manera, se sentía diferente.

Estaba perdiendo la cabeza, pero no con la misma demencia que usaba en mis trabajos. Porque claro está que siento placer cuando observo un cuerpo retorciéndose de dolor bajo mis despiadadas manos, claro que sonreía cada vez al ver los rostros deformados del dolor y la desesperación, claro que estoy encantado de ser un monstruo.

Adoraba que mis victimas me temieran, justo como cuando Jake tembló al sentirme cerca de su cuerpo hace unos minutos. Amaba sentir que los demás no importaban, que el hecho de ser un asesino era más fuerte que cualquier cosa, me sentía inquebrantable, en mi posición nadie podía hacerme sentir vergüenza o decepción de mí mismo.

"¡JA! ¿En serio?"

Mis vagos pensamientos se desplomaron en mi arremolinada cabeza, haciéndome sentir delirar de nuevo. La rodilla de Jake se había pasado descaradamente sobre mi entrepierna...

Debí atar también sus tobillos a la maldita silla.

Solté un quejido al sentirme duro con ese simple tacto.

No me di cuenta de que había ablandado el agarre en el acaramelado cuello contrario hasta que escuché una pequeña risa que hizo eco en mi mente, la cual estaba bloqueada ante las sensaciones inesperadas.

Me removí un poco sintiendo mi zona totalmente sensible, húmeda e incómoda al estar atrapada, al igual que yo.

Miré con rabia hacia el castaño, sin pronunciar nada, incapaz de hacerlo.

Él estaba sonriéndome como toda una chiquilla traviesa y juguetona. Maldecí de nuevo para mis adentros. Tenía que salir de aquí antes de que hiciera alguna cosa realmente buena con este chico ingenuo, él estaba jugando con fuego...

Y yo podría fácilmente agregar más leña a esto, podría explotar como la dinamita si me atrevo a tocar esa piel tan agradable a la vista, perdería toda cordura si poso mis labios sobre los suyos, tenía la certeza de que si lo reclamaba como mío justo ahora todo estaría más que jodido.

Toxic Loneliness ■ JakeHoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora