Capitulo 73- Aceptando las cosas (II)

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El llamado a la paz de Lord Palmerston resonó por toda Europa.

En su discurso, Palmerston instó a las grandes potencias a buscar una solución diplomática al conflicto que había devastado el continente.

Sus palabras encontraron eco en los corazones de muchos, incluyendo a Napoleón II y al Zar Alejandro II.

La Propuesta de Paz
En respuesta al llamado de Palmerston, Napoleón II propuso una reunión para negociar la paz con el Zar Alejandro II.

Ambos líderes, conscientes del sufrimiento y la devastación que la guerra había traído a sus naciones, aceptaron encontrarse en Copenhague, una ciudad neutral y símbolo de diplomacia.

La cumbre en Copenhague se convirtió en uno de los eventos diplomáticos más importantes de la historia europea.

Los dos emperadores, Napoleón II y Alejandro II, se encontraron cara a cara después de años de no verse.

La última vez que se vieron eran jóvenes emperadores, ambos con muchas cosas que aprender y mucho camino por recorrer, ahora eran hombres de guerra hechos y derechos.

Junto a ellos estaban sus asesores diplomáticos, diplomáticos ingleses, el rey Bagration, y Jóseph, hermano y consejero de Napoleón II.

Una Cumbre de Festividades y Diplomacia, Copenhague se llenó de vida con banquetes, desfiles, fiestas y conciertos en honor a los dos emperadores

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Una Cumbre de Festividades y Diplomacia, Copenhague se llenó de vida con banquetes, desfiles, fiestas y conciertos en honor a los dos emperadores.

La ciudad se convirtió en el escenario de una serie de celebraciones que simbolizaban la reconciliación y la esperanza de un futuro más pacífico.

Sin embargo, tras las festividades, las discusiones diplomáticas se extendían hasta altas horas de la noche.

Uno de los temas más delicados en la cumbre fue el futuro de Polonia.

Napoleón II deseaba recuperar Polonia, pero el Zar Alejandro II se oponía a tener un estado polaco en su frontera a costa de territorio Ruso.

Tras días de intensas discusiones, fue Jóseph quien propuso una solución: No se le quitaria territorio a Rusia, pero si a Prusia, 1/3 del territorio Prusiano fue quitado para traer devuelta el ducado de Varsovia y para hacer más grande a la confederación del Rin.

La propuesta incluía un cambio territorial de Prusia a Polonia.

El Zar Alejandro II aceptó la propuesta bajo la condición de quedarse con el Ducado de Curlandia y la creación de más naciones del antiguo territorio del ducado de Balcánia, y la neutralidad de estas mismas.

Además, el Zar ofreció como esposas a varias de sus hermanas a Jóseph y a Alejandro José Colonna-Walewski, como símbolo de alianza y buena voluntad.

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