-Han pasado dos días desde que padre se marchó. -La voz calmada de una chica se oía. -Aunque, me pregunto cuantos días faltarán para empezar a notar su ausencia. Si no lo hubiera visto marcharse, estoy segura que no notaría la falta de su presencia en mi vida. No es como si hubiera estado mucho tiempo.
La chica caminó al lado de una cama, con una taza de café en su mano. El café sacaba humo, indicando que acababa de ser hecho. La chica se sentó en una silla, viendo fijamente a la cama mientras bebía un sorbo de su café. Suspiró tras haberle dado su visto bueno, esperando a que la persona en la cama se levantase.
-¿Cuánto más piensas estar dormido? Ya has estado un día en mi cama. Yo también necesito descansar. -La chica dijo en un tono irritado, frunciendo el ceño.
En la cama, un joven pelinegro de pelo algo puntiagudo y con tatuajes en su cara se hallaba dormido. La chica sentada frente a la cama, era de tez pálida y de una extraña tonalidad algo azulada. Más allá de lucir enferma, parecía extrañamente saludable. Sus colmillos superiores sobresalían levemente de su boca, además de contar con un cabello negro largo y unos ojos del mismo color de la noche.
De repente, un movimiento hizo que la chica mirara atentamente al chico en su cama, el cual comenzó a sentarse sin abrir los ojos. Sumado a eso, ella vió como debajo de sus dos ojos, dos líneas aparecieron, semejantes a párpados. Entonces, con un ceño fruncido, el chico abrió los ojos, revelando dos pares de ojos carmesí.
-¿Quién eres? -El chico habló, serio y en alerta.
-¿No te enseñaron modales en tu casa? Te dejé dormir en mi cama... Lo mínimo que espero son unos buenos días. -Dijo la chica con burla, observando al chico frente suyo entrecerrar los ojos.
-¿Contestarás mi pregunta o no? -Repitió el chico, con una voz amenazante y más profunda.
-¿Quieres impresionarme? Esa es la manera incorrecta de hacerla, chico rudo. -La chica dejó su taza de café en el suelo, tronándose el cuello y parándose de la silla. -Si quieres amenazarme, será mejor que estés dispuesto a sufrir las consecuencias.
-¿Consecuencias? ¿Enfrentarte? -El chico se puso de pié, mostrando su torso tatuado. -No sé quién seas, ni sé quién soy yo. Pero...
La chica se confundió tras las palabras del chico, quien alzó una palma por reflejo, liberando un corte que la chica fue capaz de esquivar por muy poco, notando como la cabaña en la que se encontraban, había sido partida a la mitad.
-No dudaré en matarte si así lo prefieres. -El chico miró su mano con curiosidad. -¿Cortes? ¿Esta es mi habilidad? Que curioso.
-Maldito idiota. -Pensó la chica, con un sudor bajando por su frente. -Si no hubiera reaccionado a tiempo, estaría muerta. Además, ¿Eso fue energía maldita? ¿Es un demonio también?
La chica olfateó al chico con más detenimiento, confundiéndose. Entonces, prosiguió a usar energía maldita para sentir la presencia del pelinegro. Fue ahí cuando abrió los ojos y no pudo evitar tensarse.
-Huele como un humano, pero... -La chica entrecerró los ojos, preparándose para la batalla. -Se siente como un demonio... ¿Él es como yo?
-¿Qué tanto piensas? -Dijo el pelinegro, saliendo de la cabaña con una cara seria. -¿Sabes algo sobre mí?
-¿Además del hecho de que destruiste mi refugio? Solo sé eso, aunque si me dejas pensarlo más, creo saber porque estabas tirado en ese bosque... -La chica se puso seria, alzando su mano y materializando una guitarra que estaba fusionada con un hacha. -Si eres tan peligroso y hostil, la persona que te dejó ahí, tenía sus razones muy claras.
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Rey de la Nocheósfera - Ryomen Sukuna en Hora de Aventura.
Fiksi Penggemar¿Y si el rey de las maldiciones hubiera tenido su origen en el mundo de Hora de Aventura? El rey de las maldiciones, Ryomen Sukuna, el principal antagonista de la serie Jujutsu Kaisen, nace en este plano existencial especial. Sigue su travesía, vivi...