vii. Beauty of a Targaryen

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CAPÍTULO SIETE❝ Belleza de una Targaryen ❞

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CAPÍTULO SIETE
❝ Belleza de una Targaryen ❞

AEMMA OBSERVÓ AQUEL BOCETO QUE ELLA MISMA HABÍA REALIZADO apenas unas lunas atrás

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AEMMA OBSERVÓ AQUEL BOCETO QUE ELLA MISMA HABÍA REALIZADO apenas unas lunas atrás. Sonrió levemente, era un retrato de su hermano, su pequeño y dulce niño: Lucerys.

Guardo aquel boceto en el baúl negro.

— Princesa—una doncella apareció—. Su abuela desea verla.

— Gracias. Puedes retirarte.—la mujer hizo una referencia y salió de sus aposentos.

Rhaenys Targaryen había sobrevivido al enfrentamiento con su sobrino, Aemon Targaryen gracias a la inesperada aparición de su nieta.

La Reina que Nunca Fue jamás lo había expresado en voz alta, pero, en lo más profundo de su ser, la idea de que las malas lenguas confirmaran que los primeros cuatro hijos de Rhaenyra eran bastardos la llenaba de una amarga humillación hacia su linaje, hacia su sangre. Aunque su lealtad a su familia permanecía intacta, no podía evitar que aquel estigma empañara su orgullo como Targaryen.

Se lamentaba profundamente por no haberle dicho a Lucerys lo especial que era. Sin importar qué sangre corriera por las venas del muchacho, Laenor veía algo único en esos niños y los amaba como si fueran suyos. Ese amor, genuino e incondicional, hablaba más de él que de cualquier cuestionamiento sobre su linaje.

La Reina entendía, sin embargo, el rechazo de quienes criticaban la situación. Ella misma habría sentido irritación si las esposas de sus hijos hubieran concebido hijos de otro hombre. La idea de tal afrenta no solo hería el honor de la familia, sino que también profanaba el orgullo de su sangre, algo que consideraba sagrado.

Sin embargo, Rhaenys no era ingenua. Sabía —o al menos sospechaba— las verdaderas preferencias de su hijo Laenor. Tal conocimiento no disminuía su afecto por él, pero hacía más evidente el delicado equilibrio que había sostenido su familia durante tanto tiempo. Y aunque esa verdad no se discutía abiertamente, pesaba en su corazón como una carga silenciosa.

— Princesa.—Aemma se acercó e hizo una referencia.

— Aemma—la llamó con calma—, acercate.

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⏰ Última actualización: Nov 22, 2024 ⏰

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𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐁𝐋𝐀𝐌𝐄 𝐌𝐄; 𝖡𝖾𝗇𝗃𝗂𝖼𝗈𝗍 𝖻𝗅𝖺𝖼𝗄𝗐𝗈𝗈𝖽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora