2. Presidente, ¿te gusto?

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ADVERTENCIA: CONTENIDO SEXUAL EXPLÍCITO.



El profesor pasó los resultados del final de semestre a cada uno de los estudiantes. Por toda la clase se escucharon diferentes emociones, algunos estaban contentos y otros decepcionados.

Cuando su boletín llegó, Sanji sonrió de oreja a oreja observando que en ninguna de las materias bajaba de 90 puntos. Incluido judo, la estúpida materia opcional que sus hermanos le obligaron a tomar y que a principios del semestre casi le costó la beca y su puesto como presidente de clase. Bueno, significaba que había mejorado como se lo prometió su tutor. Nada mal. Tendría que darle una recompensa por ello.

Comenzó a recoger sus cosas para marcharse, cuando escuchó al grupo bullicioso de siempre haciendo un escándalo al fondo de la clase.

— Jodida mierda, no es cierto. — dijo Franky con su ruidosa voz. — Tiene que ser una broma, ¿cómo es posible que hayas sacado 80 en francés?

Sanji giró la cabeza para ver de reojo hacia la persona de la que creyó se estaba hablando. El bastardo de pelo verde estaba inclinado en su asiento con una expresión de puro egocentrismo. En sus manos tenía el boletín de notas.

— Así que no eras tan idiota como pensábamos. — Habló Robin mientras inspeccionaba la hoja. — Debiste estudiar mucho.

— Bueno, su padre le amenazó con quitarle las llaves del auto. — contestó Franky de vuelta. — Solo que no pensé que de verdad se lo tomaría en serio.

— ¿No me pueden felicitar y ya? — dijo Zoro antes de levantarse y empezar a guardar sus cosas en la mochila.

— Felicidades. — dijeron al unísono sus dos amigos.

— Dijiste que tenías un tutor privado, ¿podrías pasarme su contacto? Debe ser muy bueno para que una cabeza dura como la tuya entienda. — dijo Franky a su lado. — Yo también necesito refuerzo en francés.

— No creo que pueda, lo siento. Mi tutor es algo extraño. — respondió Zoro con la voz innecesariamente alta. Sanji escuchó aquello y comenzó a arrojar las cosas en su mochila de forma algo violenta. — No acepta dinero, tienes que intercambiar con él algo igual de bueno.

— ¿Y tú qué le diste? — preguntó con curiosidad la pelinegra.

— Es un secreto. — Zoro soltó una pequeña risa burlona, haciendo que Sanji, desde su puesto, sintiera un escalofrío en la espada. — Solo le doy algo que le gusta mucho, tanto que pide por más.

Sanji le lanzó una mirada dura. Hablando de semejantes perversiones en medio de una clase... Ese idiota de Zoro no podía ser más...Justo en ese instante, el peliverde también lo miró, por lo que ambas miradas chocaron por unos largos segundos. Luego, Zoro se giró y se marchó, pero al rubio le pareció ver una sonrisa traviesa en sus labios antes.


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— Si alguien alguna vez sospecha sobre nosotros, te voy a matar. — habló Sanji entre jadeos. Zoro apenas podía procesar lo que el rubio decía porque sus manos estaban amasando los hermosos glúteos del contrario, pero aún así asintió con la cabeza.

Ambos estaban en el baño del tercer piso, que estaba fuera de servicio y por lo cual se supone que nadie debería estar allí. Era perfecto para unos cuantos besos, o eso pensaba Zoro. Por el contrario, Sanji no paró de sermonearle sobre la conversación que tuvo con sus amigos en clase.

One-shots ZOSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora