Capítulo 3: Todoroki

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El incesante ruido de las manecillas del reloj inundaba la fría y blanca habitación. Retumbando en sus oídos y logrando inquietarlo aún más.

Seis días, ese era el tiempo que había pasado desde que había recuperado la conciencia en aquella fría habitación de hospital. Seis días en los cuales había pasado completamente lleno de estudios y tratamientos. Realizaron pruebas de sangre, pruebas físicas y psicológicas,

Pues según Hakamada, quien se convirtió en el médico a cargo de su caso, era profundamente importante descartar cualquier "problema a futuro"

Katsuki no era idiota, por supuesto que tenía más que claro con qué tipo de problemas se refería, pues de seguro el médico se esforzaba en no fuera contagiado de gonorrea, sífilis, VIH o algunas de esas mierdas de las que tanto hablan, además de asegurarse que no tuviera alguna especie de trauma o algo por el estilo.

Realmente para él, no importaba si estaba completamente limpio o se había contagiado de cualquiera de esas mierdas, de todas formas, no es como si planeara vivir una vida muy larga, pues había una decisión ya tomada, una que llevaría a cabo cuando finalmente saliera de aquel maldito hospital

Lamentablemente para él, no podía salir de ese lugar sin antes dar declaraciones a la policía respecto a lo ocurrido, así lo aseguró Hakamada, de hecho, este le había dicho que apenas despertase la policía tomarían sus declaraciones. Pero ya habían pasado varios días y ninguno de los idiotas uniformados de ese pueblo había asomado sus narices en su habitación.

Hasta ahora...

El leve ruido de la puerta siendo deslizada y unos suaves pasos interrumpieron el silencio de la habitación. Una de las enfermeras le anuncio que la policía estaba ahí, y necesitaban hablar con él.

Antes de Katsuki pudiera si quiera contestar a ello. Los fuertes y robustos pasos de aquel oficial, inundaron el lugar.

—Katsuki Bakugo, estoy aquí para tomar tus declaraciones —En un tono serio y con imponencia, se alzó la voz de aquel oficial de policía, aquel que el rubio chico conocía, y el cual, ahora menos que nunca, deseaba ver.

Aunque siendo realistas, Katsuki no deseaba ver a absolutamente ningún oficial. No tenía ganas de dar declaraciones, pasar por un maldito juicio o esas mierdas. Lo único que ganaría con todo eso, es que el pueblo completo se enterara que había sudo utilizado y desechado y que él había sido tan inútil para permitirlo.

¿Por qué era precisamente ese oficial el que debía tomar sus declaraciones? ¿Es que el maldito viejo no tenía más lacayos que hicieran esa clase de trabajos por él? O ¿Es que acaso lo que le ocurrió ya era de conocimiento de todo el puto pueblo y no podría ser manejado por nadie más que el Jefe de la policía?

La verdad, cualquiera que fuese el caso, Katsuki no tenía la más mínima intención de ver aquel cabello rojizo y ojos azules que, desde que puede recordar, lo observan con desprecio.

Y no, no es producto de su imaginación o algo por el estilo. Para nadie, absolutamente nadie en toda la zona, era un secreto que Enji Todoroki, el jefe de policía, detestaba a Katsuki Bakugo, desde aun antes que este naciera.

Aunque la razón del porqué, no era sabido, ni siquiera por Katsuki.

Existían ciertas teorías entre los habitantes del lugar, algunas infantiles; como que cuando era pequeño el rubio chico le jugó una mala travesura al hombre, o algunas que aseguraban que tenía que ver con la madre del chico y su muerte, o alguno de los hijos del oficial o la muerte de su esposa.

La verdad, nadie podría asegurar cual era el real motivo.

Bueno, sea cual sea la historia entre el rubio chicho y aquel oficial. Ahí estaban ambos, observándose fijamente mientras el alto hombre se disponía a tomar las declaraciones del muchacho.

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⏰ Última actualización: Jul 15 ⏰

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