Liberame

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"Llorar no te devolverá nada pero si te calmara"....Edisson Marquez

—Ellyn—

Abri mis ojos y desperte en una habitación extraña estando en una cama gigante, aun asi seguia debil, pero menos que antes, senti todo mi cuerpo caliente, Alguien abrió lo puerta.

—Buenos días señorita, ya despertó y iré a informarle a señor D'angelo

Esa chica, que venía con una bandeja, parecía contenta de que yo estuviera despierta, que hasta tiró   la bandeja con unos medicamentos para salir corriendo a avisarle aquel hombre. Aún si poder pararme trate observar a mi alrededor, la habitación era gigante tenía una ventana donde se podía ver el exterior.

—Llama al médico, que la revisen.

Reconocí la voz, era del hombre que me compro que se escuchaba al otro lado de la puerta y claro lo vi, el  alto y  grande hombre que  luego se me acercó.

—Ya despertaste, como sigues... —levanta su mano para ponerla en mi frente pero me aleje quedando al otro extremo de la cama.

Que es lo que intenta hacer, pero no hice nada malo, tal vez me quiere golpear porque pase mucho tiempo en la cama, siempre nos golpeaban por estar mucho tiempo acostadas incluso si estábamos enfermas algo que era muy usual en mi, siempre hacía llorar a Luz por mis heridas.

—Sonríe— solo quiero saber si se bajo la fiebre — aclaró con una voz suave pero ronca y grave.

Sigo sin moverme de hecho doy un paso atrás quedando en la orilla de la cama, fiebre por eso mi cuerpo esta así, rara vez me da fiebre pero cuando viene, viene fuerte.

—E-estoy bien —murmure—

—Lo quiero comprobar por mi mismo —vuelva intentar, pero me  alejó mas cayendo de la cama con mi  parte trasera— no te hare nada —aseguró

¡Auch! Nada, sus palabras no me dan consuelo que digamos, se dirige a mi lentamente cargandome  con facilidad, entre sus brazos tiene unos hombros anchos, poniéndome en la cama, que hace, lo está haciendo para poder jugar conmigo, por que no caeré.

—Por lo visto sigues con fiebre todavía, el doctor vendrá a revisarte estuviste una semana inconsciente.

—¿Donde estoy?

Al que hombre gigante se queda parado viéndome fijamente sin decirme nada, es muy alto debe medir entre 1.80 a 1.90, y yo  comparado con él, soy muy chiquita  con mi altura de 1.50, soy una completa enana al lado de él.

—Señor, ya llego el doctor.

—Bien que pasé.

Un doctor para que.

—Hola señor D'angelo. Muy bien déjame ver —coloca un termómetro en mi boca lo que sentía frio—

—¿Como está? —pregunto cruzado de brazos.

—La fiebre esta bajando, pero sigue débil es necesario que se le alimente, junto con los medicamentos, ya que son fuertes, necesita tener algo en su estómago.

Con todo lo que dijo el doctor ese hombre ve a la sirvienta con una mirada fulminante, la miro temblar de miedo, pero parece que entendió lo que quiso decir porque se fue y regreso con un plato de comida.

—Bien come —declaró

—moví mi cabeza negandome —

—Necesitas comer, traela—toma el plato, agarrando la cuchara con comida— ábrela boca —ordenó

Que esta haciendo, piensa darme  en la boca, fijo su mirada en mi, lo que me pone nerviosa, lo que hace que habrá mi boca para que introduzca la comida.

—Muy bien.

Sonrió con tan solo verme comer, como puede cambiar su rostro asi de rápido si hace un momento la chica temblaba de terror con su cara seria y conmigo esta sonriendo, su voz interrumpió pensamientos.

—Estas bien, ya te sientes mejor —pregunto.

No lo entiendo pensé que me iba a desechar después de utilizarme, pero supongo no lo ha hecho porque me enferme, ni siquiera para eso sirvo, no creo que tarde tanto  para tirarme, aunque así podría salir de este lugar,pero  no respondo a su pregunta, ya que, no se que responder.

—Esta bien descansa. —se levanta  y la acuesta y se va—

No se si  fue el cansancio o la misma fiebre pero  dentro de unos segundos caí dormida. En mi sueño estaba en aquel lugar recibiendo golpes porque había defendido a Luz de que abusaran de ella, cuando eres joven ahí, te miraban con más deseo, pero jamás permití que la tocaran, creo que el ver tantas cicatriz en mi cuerpo, provoca asco de los hombre ya que nunca  lo intentaron conmigo, pero si llegaban a tocarme, y vomitaba en la noche cada vez que lo  recordaba, por eso evitaba comer para no vómitar ya que dolia horrible, pero en ese sueño fue la última vez que la vi con una sonrisa de Luz, que ahora no está,  sin darme cuenta una lagrima salió, haciendo que me despertará. Fue cuando lo vi estaba en el sofá con la piernas cruzadas con una vaso en la mano observándome.

—B-buenas noches.... —murmure

No sabia que hacer el miedo y los nervios me inundaron no sabia que es lo quería  hacer conmigo y yo como complacerlo, pero solo se quedaba ahí viéndome mientras tomaba de su trago.

Hubo un silencio largo, que el viento era el único ruido en la habitación, tal vez esperaba a que yo diera el primer paso, me levante con las piernas temblando, acercándome a él, sentándome en sus piernas pero seguía sin decir ni una sola palabra, solo me miraba, esperando cual seria mi siguiente paso. Comienzo a desabrochar su camisa, pero  él me detiene poniendo su mano  en cima de la mia, ya se, vio lo desagradable que soy.

Las chicas de aquel lugar me lo recordaban ya que nunca me vendían decían que yo era un asco, que nadie podía verme que por eso seguía ahí.

—Vamos a la cama.

Que, aun no estoy lista para eso, no puedo.

—No puedo hacerlo, por favor —murmure sollozando.

Soy una estúpida, yo comencé esto ahora soy  yo quien quiere detenerlo, pero no puedo.

—La levanta entre sus brazos y limpia con su dedo pulgar  mis lagrimas— Ya es de noche, y aun estas débil necesitas descansar y yo también.

Pensé que queria hacerlo, tal vez si y fui yo quien le quite el impulso. Me acuesta en la cama mientras que él va su armario comenzando a quitarse la camisa dejando a la vista su musculoso   cuerpo,  poniendose solo un pantalón de pijama, como alguien así compra a una chica como yo.

—Te gusta lo que ves. —insinuó dando se la vuelta—

Sintió mi mirada, no puede ser, solo me tape con la sabana, cubriendo todo mi cuerpo y se ponian caliente mis mejillas, seguia en mis pensamientos, cuando sentí un peso en la cama que no era el mío, supe que era él ya que puso sus brazos rodeando mi cintura respirando en mi nuca.

—Duérme.

Como voy a dormir con él así.

Trate de dormir pero en la media noche, la nauseas vinieron a mi corri hasta el baño para vómitar y en efecto, supongo que mis movimientos los despertaron porque vino a mi sin camisa. Preguntándome.

—Esta bien.

En su rostro vi su preocupación a lo cual le dije que si, me levanto poniéndome en el lavabo abriendo la llave poniendo su mano para que yo tomará de ahí, y me enguara tomando mi cabello.

—Vamos,enguajate.

Después de eso me cargó y me puso en la cama.

—ya te sientes mejor. —pregunto—

Asentí, se volvió a acostar a mi lado, esperando a que cerrará mis ojos.

Mi dulce inocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora