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Yo continué acariciando su pelo, sorprendiéndome de lo suave y blanco que era. A pesar de todo lo que habíamos pasado, en ese momento me sentí en paz. Observé su rostro relajado y sentí una oleada de cariño y ternura por él. El cansancio finalmente me alcanzó, y cerré los ojos, permitiendo que el sueño me envolviera también

/Horas después/

Desperté sobresaltada por el sonido del altavoz de la nave, anunciando que habíamos llegado a nuestro destino. La voz metálica se disculpaba por la espera, pero mi mente todavía estaba nublada por el sueño. A mi lado, Killua ya estaba despierto. Estaba sentado junto a mí, con esa expresión calmada que suele tener.

Nos levantamos juntos y comenzamos a buscar a Gon, Kurapika y Leorio entre la multitud que se preparaban para desembarcar. Los encontramos rápidamente. Salimos de la nave y lo primero que vimos fue la imponente torre en la que nos encontrábamos. Nos informaron que teníamos 72 horas para bajar la torre.

Gon se acercó al borde de la torre para ver qué tan alta era, y los demás lo siguieron con curiosidad. Yo, en cambio, me quedé donde estaba, sintiendo un nudo en el estómago. La altura a la que estábamos me daba un poco de miedo, y la sensación de que en cualquier momento podría caerme era abrumadora. El viento soplaba con fuerza, y la estructura de la torre parecía aún más precaria de lo que había imaginado.

Uno de los participantes del examen, un alpinista experimentado, decidió que la mejor forma de descender era escalar por las paredes de la torre. Sin dudarlo, comenzó a bajar con agilidad, sus movimientos precisos y controlados. Sin embargo, solo unos segundos después, un grito desgarrador resonó en el aire. Algo se lo había comido.

El silencio que siguió fue ensordecedor. Kurapika y Leorio, después de acercarse a mi, sugirieron que buscáramos una forma segura de bajar. Comenzamos a explorar la zona, buscando cualquier pista o mecanismo que nos ayudara a descender sin correr el mismo destino que el desafortunado alpinista.

Mientras buscábamos una solución, notamos que la gente a nuestro alrededor comenzaba a desaparecer, uno por uno.

Gon nos llamó con urgencia. Había encontrado algo. Nos acercamos rápidamente y vimos que una parte del suelo bajaba levemente, revelando una trampilla oculta. Killua nos mostró otras trampillas que habían encontrado alrededor de la torre. Según habían observado, cada trampilla parecía estar diseñada para usarse solo una vez.

Nos dimos cuenta de que tendríamos que separarnos para descender. La idea de estar solos en un lugar tan peligroso no era muy alentadora, pero no queda de otra. Cada uno se posicionó junto a una trampilla diferente.

Nos despedimos rápidamente y, con un último vistazo, cada uno saltó a su trampilla. Sentí una caída libre, el estómago se me subió a la garganta y un grito de sorpresa se ahogó en mi garganta. La oscuridad me envolvió completamente.

Caí en un lugar oscuro, donde no podía ver casi nada. El suelo era frío y húmedo bajo mis manos mientras trataba de orientarme. La única luz era un tenue resplandor que se filtraba desde la trampilla por la que había caído, pero pronto se cerró, dejándome a oscuras.

Me levanté del suelo frío y caminé con cautela hacia una puerta metálica que se distinguía apenas en la penumbra. Con un leve chirrido, la puerta se abrió y yo pasé al interior de la siguiente sala. Inmediatamente la puerta se cerro.

La habitación era iluminada por antorchas en las paredes. En el centro de la sala, sentado en una silla robusta, había un hombre fornido. Sus músculos se marcaban bajo la tela ajustada de su ropa, y en sus manos sostenía una katana brillante. La luz de las antorchas reflejaba en el filo del arma, creando destellos amenazantes.

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⏰ Última actualización: Jul 15 ⏰

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𝗠𝗮𝘀 𝗮𝗹𝗹𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗲𝘀𝗽𝗲𝗷𝗼 (HxH x OC! Harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora