Capítulo 4

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El vuelo directo fue menos cansado de lo que pensé, habíamos llegado a Rusia a las 6:30 p.m. nada mal. Tomamos un taxi al departamento de Dylan y en menos de veinte minutos ya estábamos en su casa.

—¡Hemos llegado! —exclama mi mellizo al detenernos en la entrada de la casa. —Bajemos...

Imitándole me bajo del auto mientras él baja las maletas.

—Abre... —me indica con la mirada ya que él tiene en cada mano una maleta.

Caminamos a la entrada y giro el picaporte, este no tiene seguro así que entró de golpe con Dylan detrás de mi.

—Hemos llegado... —anuncia mi hermano

En medio de la sala hay una chica desnuda posando en el sofá.

—¿¡Amanda!? —grita la mujer

—¡Sherry! —chilló y con el corazón desbocado tapó cada ojo con la palma de mi mano.

—No me dijiste que vendría tu hermana —Sherry suelta una risita

—Queria que fuera sorpresa. —argumenta Dylan

—Vaya sorpresa... —escucho a Sherry reír. —Abre los ojos Amanda.

Niego energéticamente. —No...

—Abrelos... —me pide ahora Dylan

Suspirando bajo las manos del rostro y con miedo abro los ojos. Sherry tiene una bata negra cubriendo su cuerpo.

—Hola Amanda... —Sherry, una mujer de cuerpo sensual color claro, de ojos verdes y cabello negro me sonríe.

—Hola Sherry... —me acerco a darle un gran abrazo.

—Lamento que me hayas visto así. —rie —Tu hermano no me dijo nada y quería sorprenderlo.

—Si, ya. —parpadeo alejando esa imagen mental de ella —E-entiendo...

Sherry y Dylan se conocieron de la manera más extraña y raras de todas. Sherry era una prostituta que dejó atrás esa vida, cuando conoció a Dylan y fue amor a primera vista, sin embargo, Dylan seguía siendole infiel a veces así como ella.
Sólo tenian una regla para eso: Que los candidatos esten a muerte.

Par de raros...

—Bien hermanita, te subiré la maleta al piso de arriba. —Dylan desaparece por las escaleras —¿Les apetece cenar afuera está noche? —grita casi cuando ha subido del todo.

—No me parece mala idea... —Sherry espera mi aprobación

—Claro... —me encojo de hombros.

—Iré a decirle.

Pongo los ojos en blanco al verla subir las escaleras, ya se de que manera se lo dirá.

Alejando esos pensamientos me adentro a la cocina por algo que picar para no escuchar lo próximo que se avecinaba. Por suerte no me voy a quedar toda la semana aquí.

[...]

Ha pasado al menos media hora en las que Sherry y Dylan no han bajado de esa habitación, realmente se extrañaron.
Suspirando ya me he bañado y arreglado ya que con o sin ellos, iré a cenar.
Son las 8:00 p.m cuando bajan de su habitación ya bañados y arreglados.

—Wow, ¿hace cuánto que estás arreglada? —pregunta el idiota de mi hermano.

—No quieres saber... —gruñó por lo bajo

—La verdad si, quiero saber cuanto aguantamos esta vez.

Ruedo los ojos mientras él sonríe con mofa

Sherry le golpea el estomago. —Dejala en paz... ¿Nos vamos?
.
.
.

Los tres salimos hacia un restaurante italiano, irónico estar en Rusia y comer comida Italiana. No hay mucha gente a esta hora, lo que es extraño, hace cinco años a estas horas el restaurante era un caos.
En fin, nos sentamos y nos dejaron los menús.

—Dime Amanda, —me interrumpe Sherry —¿Qué te prometió Dylan para sacarte de México?

Sonrío —Nada, aún no le cobro el favor, si tienes una idea me la haces saber...

Mi hermano me mira asombrado mientras finge estar dolido al mismo tiempo que Sherry sonrie.

—Tal vez te de algunas ideas...

Negando con la cabeza mi hermano suspira —Ahora recuerdo porque no te habia vuelto a traer a Rusia.

Todos sonreímos, pedimos de cenar y nos dedicamos a hablar de todo y nada.
Sherry y Dylan parecían una pareja que llevaba años de casados. Sin embargo, tenian sólo tres años de conocerse y se habían juntado en unión libre.

—No me creo que hayas venido por vacaciones a finales de abril. —Sherry alza una ceja mientras bebe algo de vino.

Ciertamente Sherry no conoce nuestro pasado y no le interesa. Dylan le ha dejado claro que en su historia familiar nunca debia meterse y eso me incluía a mi.

—Tal vez si... Tal vez no...

—Amanda vino a perder su virginidad... —Dylan me interrumpe.

—Rusia es un buen lugar... —sonríe la peli negra —Conozco varios burdeles...

—Wow, wow... Calma. —les detengo. —Ustedes están locos... Sólo vine a pasar tiempo con mi hermano pero ahora me arrepiento... —sacudo la cabeza —Hablemos de otra cosa.

Ya habíamos terminado de cenar, pero podía ver que en momentos fugaces ambos se lanzaban miradas furtivas.

—Denme las llaves... —extiendo mi mano hacia Dylan

—Te amo... —Dylan me las entrega al mismo tiempo que Sherry se levanta para ir al "Tocador"

—Eres un imbécil... —siseo

—No nos esperes... —Dylan se levanta y me deja sola con el pago de la cena.

—No pienso hacerlo. —suspiró y me levantó a pagar

Al terminar salgo del restaurante, que por suerte está a unas cinco cuadras de la casa. Así que me tomó el tiempo de admirar la ciudad y sus edificios.
Son las 10:24 p.m. mañana debía acompañar a mi hermano a la central de policía. Tenía que descifrar esa nota.

Me adentro al parque para acortar el camino, no hay casi nadie, por no decir que no hay nadie ahí.
Una mujer se aleja con su perro, mientras una pareja de ancianos también cruzan el parque.
El fresco me cala los huesos, realmente hace frío en las noches, debí haber tomado un suéter.

Cierro los ojos tomando una gran bocanada de aire, pero cuando una rama se quiebra mi concentración se acaba, abro los ojos y miró de reojo por los lados. Veo una sombra detrás de mi, suelto el aire que tenia en los pulmones en un gran suspiró.

Me siguen...

Cambio De Vida... |Trilogía Encrucijada #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora