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Una tranquila caminata hacía el kínder
<<CAPITULO UNO>>
Un pequeño recuerdo del primer día

Era un lindo día y todos los padres estaban dejando a sus hijos al kínder, a excepción de Ximena la cual tenia a sus padres divorciados. Su madre trabajaba todos los días desde la mañana hasta la noche, quien la llevaba a la escuela de momento era su hermano, los dos iban jugando y pateando piedras y mientras más se acercaban la pequeña recordó sus primeros días en el kínder, y no pudo evitar empezar una conversación.

"-Hermano, me acorde de los primeros días que mamá me llevo al kínder-" Comentó la pequeña mientras pateaba la piedra del lado de su hermano para que hiciera lo mismo y igual hasta que se les fuera la piedra.

"-¿Enserio? ¿Y por que te acordaste de eso?-" Preguntó su hermano mayor, Jesús, pateando la piedra al lado del que caminaba su hermana mientras cuidaba que ningún carro pasara ya que iban caminando en medio de la calle.

"-Ahora que íbamos de camino a la escuela, lo imagine. Recuerdo que todos los demás niños estaban llorando y yo no, me sentía mal por ellos, y también me sentí mal por mí al no sentirme igual que ellos-" La pequeña puso una cara triste al recordar como ella no lloro igual que todos aquellos niños que querían quedarse junto a sus padres.

"-Ya, recuerdo que mamá estaba un poco desconcertada por eso-" Mencionó su hermano recordando como su mamá estaba un poco preocupada por como su pequeña niña no lloro al dejar su lado. Ahora este notaba que su hermana tenía una rara manera de hacer y ver las cosas.

"-¿Que es deskonsertaba?-" Pregunto la pequeña al no entender esa palabra larga y inusual para su edad. Al no recibir una respuesta rápida decidió seguir su palabrería. "-Bueno, luego en mi segundo día recuerdo que si actué cómo todos esos niños y llore, no me quería despegar de mamá y una maestra tuvo que ir por mí-"

"-Lo acabo de recordar, mamá entonces creyó que quizás lo de tu primer día fue tu falta de entendimiento al no saber que irías sola-"  Su hermano respondió mientras apretaba ligeramente la mano de su hermana, iban agarrados de la mano y la estiro a la banqueta ya que iba a pasar un carro.

Ximena nuevamente no entendió bien las palabras de su hermano mayor, pero no pudo preguntar al ser arrastrada a la banqueta para que un carro no los fuera a atropellar, el resto del camino al kínder fue sobre la pequeña quejándose con su hermano por perder la piedra con la que jugaban.

Recuerdo de personas que no volveré a ver...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora