Chapter one

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GWENYTH

"Es el tercer ataque en el mes. Han destruido los últimos muros. Estamos completamente vulnerables."

Esas palabras se repetían en mi cabeza una y otra vez mientras caminaba por el bosque siguiendo a un anciano que respondía mis preguntas con más preguntas. debo ser el ser vivo mas estupido que alguna vez pisó el mundo pero, algo en mi me arrastraba detrás de ese anciano a pesar de que era un extraño y no tenía la menor idea de hacia dónde me estaba llevando.

caminábamos por el bosque seguidos de un enorme tigre de dos cabezas al que no terminaba de acostumbrarme.

Chie, era el nombre del anciano. quien ciertamente estaba tratando de responder a mis preguntas lo cual era un tanto difícil pues comenzaba a ladrar de repente.
y si hablo en serio, no es sarcasmo ni sentido figurado.

el maldito está ladrando.

ㅡYa estamos llegando, Querida.ㅡlo escuche pronunciar mientras se aclaraba la garganta.

mire a mi alrededor con recelo hasta que en lo que parecía ser un arco de árboles sentí como si estuviese atravesando algo, el repentino cambio me dejo sin aliento por un segundo  y cuando mire a los árboles que conformaban el arco me di cuenta de que estaban llenas de símbolos que por alguna razon sentia que habia visto antes.

Me quedé embobada analizando los símbolos de los árboles y al levantar la mirada me encontré con dos chicos de más o menos mi edad mirándome sin ningún disimulo.

el chico esbozó una sonrisa ladina y me saludó con un leve movimiento de su mano. era alto, tenia el cabello negro,  ondulado y un tanto largo,su piel estaba ligeramente bronceada , tenía ojos verdes, penetrantes. cejas pobladas y se veía tan despreocupado, casi divertido.

tanto que casi me desconcierta.
por otro lado, la chica se cruzó de brazos y me miraba con el ceño fruncido arrugando la nariz en el proceso. Tenía el cabello rizado, su piel morena casi grisacea resaltaba sus ojos dorados, que me miraban con desconfianza y un toque de intriga,

—Muchachos, les presento a Gweny…

—Gwen—lo corregí antes de que pudiese seguir hablando, sin dejar de observar a mi alrededor.
el anciano sonrió como si estuviera recordando algo gracioso.

¿Que era tan gracioso?

—Gwen, ellos son Alaric y Megan.

—Es un gusto. -- murmure tratando de ser amable.

la chica rodó los ojos recostándose en un árbol.

—apuesto que si.

vaya, de veras puedo sentir que seremos mejores amigas.
el chico ignoró olímpicamente la actitud de la ojiazul y sonrió mientras estrechaba mi mano animadamente y note sin esfuerzo que estaba herido pues su brazo derecho abrazaba su propio costado.

—¿Te encuentras bien?—le pregunté ladeando la cabeza y…¿Megan? Volteo a mirarlo como si apenas se estuviera dando cuenta.
Alaric sonrió y asintió levemente con la cabeza.

—No es nada.

Alaric soltó un leve gruñido de repente, Megan había pinchado su brazo ligeramente con su dedo manteniendo su ceño fruncido como si no creyera lo que veía.

—¿porque no me dijiste que ya estábamos empezando con los toqueteos?—hablo el pelinegro ganándose otro pinchazo y yo no pude contener la pequeña sonrisa que tiro de mis labios—

—para ser nada te duele bastante.

—o es una nenita—habló la morena encogiéndose de brazos.

Alaric frunció el ceño a punto de refutar pero antes de que pudiese abrir la boca nos dimos cuenta de que chie ya no estaba junto a nosotros si no que estaba dando leves golpecitos inofensivos con su bastón en la espalda de un chico pelirrojo —que sepa Eirwan de donde salió.— guiandolo hacia nosotros.

CENIZA CAOTICA: LA REBELIÓN DE LOS MARGINADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora