Isabella Romero
Primer fragmento.
Día uno.
Hoy has decidido partir.
Y te odio.
- ¡Por eso y por más! -Grité a la almohada. Mucho ésta sabía de mi vida, de mis sueños y anhelos; y como una sabía decidió no responder, mostrarse indiferente a mi querer. A mi desquerer. Porque eso tendría que aprender. A dejar de querer. A dejar ir. Aprender que Zaomi nunca iba a volver.
Tal vez. Quizá. Podría ser-. Eran sustantivos que repetía a menudo con desgana, mi cabeza; para consolar al descarriado corazón que un mar de lágrimas se perdía sin razón.
