Octavo y último fragmento.
Isabella Romero.
Día trecientos cuarenta
Escribí la última carta, con letra acelerada y el destino precipitado:
"Así que escribí. Para cuando nos viéramos las caras pintadas de lágrimas y creencias, pudiera cantarle cada verso y con un beso llenarla de mi amor.
Escribí. Escribí una historia donde ella fuera la reina del pueblo de nuestro amor, del país de nuestra cama, el Gobierno de nuestros hijos y la nación de mi acompasado corazón. Allí en la mitad de nuestros caminos predilectos por la fuerza de un origen estaría nuestro posible rumbo llamado: "Un nosotros, quizá".
Este es el fin de nuestro primer kilómetro y el porque de aquel nombre que al final da por si sólo sus explicaciones.
Espero ser real y no perfecto cuando nos encontremos. Allí en el último kilómetro de tantos días donde te confesare este amor tan grande que te tengo. Zaomi mi odio, siempre ha sido un te amo. Que lo sepas. Tu siempre has sido mi inspiración pero ahora dejaré de escribir para hacer realidad esta última relatada historia de amor".
Glus empieza a caminar hasta llegar donde Zaomi que lo espera en algún lugar.
