Capítulo 2: Sombra en el Paraíso

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Las semanas siguientes transcurrieron con la misma tranquilidad que siempre había caracterizado la vida de Zee y NuNew

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Las semanas siguientes transcurrieron con la misma tranquilidad que siempre había caracterizado la vida de Zee y NuNew. El jardín florecía con colores vibrantes, y los vecinos les sonreían con amabilidad cada vez que los veían pasear juntos, tomados de la mano.

Una tarde, mientras NuNew estaba en su estudio trabajando en un nuevo diseño, recibió un mensaje de texto de Zee. "Tengo que quedarme hasta tarde en la oficina. No me esperes despierto. Te amo." NuNew, acostumbrado a estas situaciones ocasionales, respondió con un emoji de beso y volvió a concentrarse en su trabajo.

Esa noche, después de cenar solo, NuNew se dirigió a la sala de estar y encendió la televisión. Las noticias locales informaban sobre una serie de desapariciones que habían mantenido en vilo a la comunidad. Un escalofrío recorrió su espalda al ver las caras de las víctimas proyectadas en la pantalla. Todas personas jóvenes, desaparecidas sin dejar rastro. NuNew cambió de canal rápidamente, buscando distraerse con algo más ligero.

Mientras tanto, Zee estaba en su despacho, revisando algunos planos de un nuevo proyecto. Sus ojos, sin embargo, se desviaban constantemente hacia su teléfono, asegurándose de que NuNew estuviera tranquilo en casa. Había aprendido a dividir su vida en compartimentos cuidadosamente sellados. Cada aspecto de su existencia estaba perfectamente orquestado para mantener a NuNew en la oscuridad.

Alrededor de la medianoche, Zee regresó a casa. Encontró a NuNew dormido en el sofá, un libro abierto sobre su pecho. Con un suspiro de satisfacción, lo levantó suavemente y lo llevó a la cama, besando su frente antes de acomodarlo bajo las sábanas.

Los días continuaron como de costumbre, con NuNew inmerso en sus proyectos y Zee aparentemente concentrado en su trabajo. Sin embargo, algo en el aire parecía haber cambiado. NuNew comenzó a notar pequeños detalles que antes pasaban desapercibidos: la forma en que Zee se ausentaba más frecuentemente, la mirada ausente que a veces cruzaba su rostro, y el pequeño cuarto en el sótano que siempre permanecía cerrado.

Un sábado por la mañana, mientras NuNew estaba solo en casa, la curiosidad finalmente pudo más que él. Se dirigió al sótano, decidido a echar un vistazo rápido. La puerta, como siempre, estaba cerrada con llave. Buscó por toda la casa, esperando encontrar la llave en algún lugar, pero sus esfuerzos fueron en vano. Frustrado, volvió a subir las escaleras justo cuando Zee llegaba.

"¿Qué hacías en el sótano?" preguntó Zee, su voz más aguda de lo habitual.

NuNew se giró, sonriendo. "Sólo estaba buscando algunas herramientas para el jardín. Quería ver si tenías algo allí abajo."

Zee lo observó por un momento, su mirada intensa. Luego, sonrió, relajándose visiblemente. "Lo siento, cariño. Es un espacio de trabajo muy desordenado. Prometo ayudarte a encontrar lo que necesites más tarde."

NuNew asintió, sintiendo una pequeña punzada de duda. Pero el amor y la confianza que sentía por Zee pronto disiparon cualquier preocupación. Decidió no pensar más en ello y se sumergió en sus planes para el jardín.

Esa noche, mientras cenaban juntos, Zee se mostró más cariñoso de lo habitual. Preparó la comida favorita de NuNew y brindaron con vino por los pequeños placeres de la vida. NuNew, sintiéndose amado y seguro, decidió olvidar sus inquietudes.

Pero en el fondo, una pequeña voz seguía susurrando que algo no estaba del todo bien. La perfecta fachada de su vida comenzaba a mostrar pequeñas grietas, y aunque NuNew no quería admitirlo, sentía que algo oscuro acechaba en las sombras.

Mientras tanto, Zee observaba a NuNew con una mezcla de amor y posesividad. Sabía que debía ser cuidadoso, mantener su doble vida en secreto para proteger lo que más amaba. Pero la oscuridad dentro de él, la necesidad de control y poder, seguía llamando, exigiendo ser satisfecha.

La vida en Rosewood continuó, aparentemente perfecta, pero bajo la superficie, una tormenta se estaba gestando. Y cuando finalmente estallara, cambiaría sus vidas para siempre.

>Fanytz

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