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Epílogo: El Encuentro en la Prisión

Un año después de la condena de Zee, NuNew decidió que era momento de enfrentar su pasado una última vez. Aunque había encontrado cierta paz y comenzado a reconstruir su vida, sentía que todavía había preguntas sin responder y una necesidad de cerrar ese capítulo de su vida de manera definitiva.

El día estaba nublado cuando llegó a la prisión. NuNew se sentía nervioso, con una mezcla de emociones contradictorias: miedo, tristeza, pero también una determinación silenciosa. Después de pasar por los controles de seguridad, fue conducido a una pequeña sala de visitas. Se sentó en una silla de metal, esperando el momento que había temido y anticipado al mismo tiempo.

Después de unos minutos que parecieron una eternidad, la puerta se abrió y Zee entró, escoltado por un guardia. Llevaba el uniforme de prisión y su rostro estaba más delgado y demacrado, pero sus ojos seguían teniendo esa intensidad que NuNew conocía tan bien.

Zee se sentó frente a NuNew, el silencio entre ellos cargado de tensión. Finalmente, NuNew rompió el silencio. "Hola, Zee."

Zee lo miró, una sonrisa triste apareciendo en sus labios. "NuNew. No esperaba verte aquí."

"Tenía que hacerlo," respondió NuNew, tratando de mantener su voz firme. "Necesito entender por qué. Necesito respuestas."

Zee asintió lentamente. "Lo entiendo. No sé si puedo darte todas las respuestas que buscas, pero haré lo mejor que pueda."

NuNew tomó una respiración profunda, sintiendo que su corazón latía con fuerza. "¿Por qué, Zee? ¿Por qué hiciste todo eso? ¿Cómo pudiste...?"

Zee bajó la mirada, su expresión reflejando una mezcla de culpa y dolor. "No hay una excusa que pueda justificar lo que hice. Comencé con la idea de protegernos, de controlar las amenazas. Pero se convirtió en algo más oscuro, algo que no pude detener. Estaba atrapado en mi propia mente, y tú eras lo único que me mantenía cuerdo."

NuNew sintió una lágrima rodar por su mejilla. "¿Protección? ¿De qué? No había ninguna amenaza real, Zee. Solo te lo imaginaste todo."

"Lo sé," admitió Zee, su voz quebrándose. "Me dejé llevar por mis propios demonios. Pero mi amor por ti era real, NuNew. Todo lo que hice, en mi retorcida lógica, fue porque pensaba que estaba protegiendo lo que teníamos."

NuNew negó con la cabeza, luchando por contener sus emociones. "Destruiste todo, Zee. Destrozaste nuestras vidas y las de muchas personas inocentes. Nunca podré entender cómo pudiste hacerlo."

Zee lo miró, sus ojos llenos de arrepentimiento. "Lo siento, NuNew. Sé que mis disculpas no pueden reparar el daño. Solo quiero que sepas que, a pesar de todo, te amé de verdad. Siempre te amaré."

NuNew se levantó, sintiendo que ya había escuchado suficiente. "No sé si alguna vez podré perdonarte, Zee. Pero necesitaba escuchar tu versión. Ahora puedo seguir adelante."

Zee asintió, una lágrima cayendo por su mejilla. "Espero que puedas encontrar paz y felicidad, NuNew. Es lo que siempre quise para ti."

NuNew se dirigió a la puerta, pero antes de salir, se volvió una última vez. "Adiós, Zee."

"Adiós, NuNew," respondió Zee, su voz llena de una tristeza que nunca había mostrado antes.

NuNew salió de la prisión, sintiéndose más ligero, aunque con una profunda melancolía. Sabía que nunca podría borrar completamente el pasado, pero enfrentar a Zee le había dado una nueva claridad. Estaba listo para seguir adelante y construir una vida llena de paz y propósito.

Con la mirada hacia el horizonte, NuNew dejó atrás la prisión y todo lo que representaba, decidido a no dejar que las sombras de su pasado oscurecieran su futuro.

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