𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟔

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CAPÍTULO 16
"RUDEZA"

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El sol iluminaba a Londres por completo, y varias personas de posición elevada y recursos disfrutaban de él en medio de una subasta de autos, subasta a la cual llegaron Hobbs y Tej.

—En verdad necesitas relajarte —el experto en sistemas y computadoras le hablaba al agente—. No puedes solo darles autos de una línea de fábrica y esperar que...

—Oye, ese auto es una maravilla —aseguró el más grande—. Hablamos de un V8 de doble turbo, que genera 560 caballos, hijo.

—Él lee los folletos —bromeó Tej luego de tomar una copa—. Estoy orgulloso. Pero con los autos, debes personalizar. Cuando construyes un auto creas un lazo, un compromiso.

—Suena como un matrimonio.

—Así es, pero cuando cambias un auto, no se lleva la mitad de sus cosas.

Hobbs dejó escapar un leve risa tras las palabras de su compañero.

—Dios. Con estos precios, más vale que estén hechos de oro —comentó para luego observar a un Tej concentrado en su alrededor—. No estarás pensando robarte estos autos, ¿verdad, Parker?

El nombrado encogió sus hombros mientras torcía su boca en una mueca.

—El personal de cocina entra por atrás —un hombre en traje se acercó a ellos junto a su mirada despectiva.

El agente frunció el ceño observándolo directamente.

—¿Disculpe?

—No pretendo ofenderlos, señores, pero no pueden comprar los autos de esta subasta —dijo para empezar su explicación con Tej—. Usted no trae joyería ostentosa, séquito o un grupo de mujeres. Obviamente no es futbolista —aseguró para fijarse en Hobbs mientras Tej colocaba una expresión incrédula—. Y usted... zapatos, camisa y pantalones... funcionales. Y su postura, muy rígida, no se pavonea. Debe ser militar, gana unos cincuenta mil al año, en dólares —aclaró—, lo que no alcanza para jugar aquí. Por lo que si no son de la cocina debieron equivocarse de lugar.

Ambos hombres guardaban silencio ante el tono superior y elitista del hablante.

—Pero, por favor, acábense su champaña —y así, finalizó para alejarse.

—Oh, necesita una lección —mencionó Tej.

—Como dije, no te vas a robar estos autos.

El sonriente Tej tomó un sorbo de copa para responder.

—Yo me encargo.

🏁🏎️🏁

—Mi rubia favorita —Alycia sonreía al teléfono mientras su buena amiga la escuchaba.

—¿Por qué no me dijiste que te dispararon?

—¿Quién te contó, Elena?

—Hobbs.

—Claro.

—¿Lo culpas? Si no fuera por él no me hubiera enterado, ni siquiera Dom ha llamado.

𝐃𝐑𝐈𝐕𝐈𝐍𝐆 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐎𝐑𝐋𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora