Capitulo 2: Emboscada

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La chica se puso nerviosa al ver a Seip, y se dirigió hacia ellos con una sonrisa tímida. "Hola, perdón por llegar tarde", dijo, mientras se sentaba junto a ellos.

Seip se levantó un poco del asiento y la saludó con un abrazo amistoso. "Hola, Saiko. ¿Cómo has estado?"

Saiko se rió y le devolvió el abrazo. "Estoy bien, gracias. ¿Y tú?"

Tadashi los observaba con curiosidad, notando la familiaridad entre ellos. "¿Se conocen?", preguntó, intrigado.

Seip sonrió y respondió. "Sí, Saiko y yo nos conocimos de niños. Hace mucho tiempo que no nos veíamos".

Saiko asintió, con una sonrisa nostálgica. "Sí, fue en el parque de la ciudad. ¿Te acuerdas de aquel día que nos caímos del columpio?"

Seip se rió. "¡Claro que me acuerdo! Te raspaste la rodilla y yo me golpeé la cabeza muy duro".

Tadashi los miraba, cada vez más confundido. "¿Qué pasó en el parque?", preguntó, intrigado.

Seip y Saiko se miraron y se echaron a reír. "Es una larga historia", dijo Seip, "pero podemos contártela si quieres".
Tadashi se inclinó hacia adelante, su curiosidad era evidente. "Por favor, cuéntenme la historia del parque", pidió, con una sonrisa.

-"Bueno", comenzó Seip, "Saiko y yo nos conocimos en el parque de la ciudad cuando éramos niños. Teníamos unos 10 o 11 años. Recuerdo que era un día soleado y caluroso".

Saiko asintió. "Sí, era un día perfecto para jugar".

Seip continuó, "Estábamos jugando en el columpio, tratando de ver quién podía subir más alto. Saiko era una niña valiente y decidida, y no se daba por vencida fácilmente".

Saiko se rió. "Era un desafío, ¡y no iba a dejar que Seip ganara!"

Seip sonrió. "Bueno, al final, ambos nos caímos del columpio. Saiko se raspó la rodilla y yo me golpeé la cabeza".

Saiko se tapó la boca con la mano. "Oh, Seip, lo siento mucho. Fue mi culpa".

Seip negó con la cabeza. "No fue tu culpa, Saiko. Fue un accidente. Pero lo que pasó después es lo que realmente importa".

Tadashi se inclinó más hacia adelante, ansioso por escuchar el resto de la historia.

Seip continuó, "Después del accidente, Saiko se preocupó mucho por mí. Me abrazó y me dijo que todo iba a estar bien. Me hizo sentir mejor en ese momento".

Tadashi sonrió, conmovido por la historia. "Eso es hermoso", "Parece que ustedes dos tienen un lazo especial".

Saiko y Seip se sonrojaron al mismo tiempo, y un nerviosismo repentino se apoderó de ellos. Rápidamente, cambiaron de tema, como si hubieran acordado hacerlo sin necesidad de palabras.

-"Entonces, ¿qué les parece si pedimos algo de beber?", sugirió Tadashi, rompiendo el silencio incómodo.

-"¡Buena idea!", exclamó Saiko, aliviada por el cambio de tema. "Un mojito me gustaría mucho".

-"Yo también", agregó Seip, levantando la mano para llamar al bartender. "Y un whisky para mí, por favor".

Tadashi asintió y pidió una cerveza. Mientras esperaban sus bebidas, el silencio entre ellos se hizo más cómodo, como si el simple acto de pedir bebidas les hubiera dado un respiro de la tensión emocional.

Cuando llegaron las bebidas, Saiko tomó un sorbo de su mojito y sonrió. "Esto está delicioso", dijo, cerrando los ojos para saborear el sabor dulce y refrescante.

Seip también, contento de ver a Saiko disfrutar de su bebida. "Me alegra que te guste", dijo, y tomó un sorbo de su whisky.

Tadashi los observaba, sonriendo. "Me alegra verlos así", dijo, "es como si hubieran vuelto a ser niños de nuevo".

La Oscuridad En Mi (ESP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora