Act two

896 88 29
                                    

130 d.c

La luz de la mañana se colaba a través de las ventanas del gran salón de Rocadragón, proyectando sombras danzantes en las paredes adornadas con tapices de colores vivos. La cálida luz reflejaba los tonos dorados y rojos de los antiguos escudos de armas de la Casa Targaryen, y el fuego en la chimenea lanzaba chispas de luz en el aire.

Sir Lorrent, con su porte erguido y una expresión de seriedad, se acercó a la Princesa Rhaenyra. Su mirada estaba fija en ella, como si quisiera transmitir la urgencia de la situación.

—Buenos días, Princesa —dijo Sir Lorrent con voz grave y formal.

—Buenos días, Sir Lorrent —respondió Rhaenyra

—La Princesa Rhaenys ha llegado en dragón. Solicita una audiencia urgente con usted y el Príncipe Daemon.

Rhaenyra frunció el ceño, su inquietud evidente mientras miraba a Daemon, que estaba de pie cerca de una mesa con un mapa extendido ante él.

—Hazla pasar de inmediato —ordenó con firmeza.

Los pasos de Sir Lorrent resonaron en el suelo de piedra mientras se dirigía hacia las puertas del salón. Un momento después, la Princesa Rhaenys Targaryen entró en la sala, envuelta en una capa negra adornada con bordados dorados. Sus ojos, enrojecidos por el esfuerzo del viaje y el dolor de las noticias que traía, se encontraron con los de Rhaenyra y Daemon.

—Princesa Rhaenys, es un honor verte aquí. ¿Traes noticias de la recuperación de Lord Corlys? —preguntó Rhaenyra

—Viserys está muerto. Lamento esta perdida contigo rhaenyra, mi primo, tu padre, ha fallecido. Era un hombre de gran corazón, uno de los más justos entre nosotros.

El golpe de la noticia hizo que el aire en el salón pareciera volverse más denso. Rhaenyra sintió un nudo en el estómago, sus manos temblaban ligeramente.

-Pero hay mas- dijo rhaenys mientras se acercaba a Rhaenyra-Aegon ha sido coronado como su sucesor

—¿Cómo sucedió? ¿Qué ha pasado con él? —preguntó Rhaenyra, intentando mantener la compostura.

—No estoy completamente segura de los detalles. Hace uno o tal vez dos días que ocurrió su muerte. Fui prisionera durante ese tiempo, mientras la Reina Alicent preparaba su golpe de poder —explicó Rhaenys, sus ojos reflejando la tristeza de esos días oscuros.

Daemon se acercó, su mirada era dura, buscando respuestas.

—¿Qué sabes de su muerte? ¿Fue un accidente, una enfermedad?

—No, no fue una enfermedad. Fue una traición. El Septón Supremo lo coronó a Aegon II como el nuevo rey en la Fosa de Dragones, ante los ojos del pueblo —respondió Rhaenys, su voz era una mezcla de desdén y resignación.

Rhaenyra se quedó en silencio por un momento, el shock de la noticia pesaba sobre ella.

—¿Lo coronaron a él? —su voz se llenaba de incredulidad.

—Sí, Alicent presionó para que se le reconociera como el legítimo rey. La ceremonia fue pública, una demostración para asegurar que Aegon fuera aceptado por el pueblo —continuó Rhaenys, su mirada era fija en Rhaenyra.

Daemon dejó escapar un bufido, su expresión era un reflejo de furia contenida.—La puta reina ha coronado al borracho de su hijo,se ha alzado contra nuestra casa.

Rhaenyra se acercó a la ventana, mirando el horizonte con una mezcla de desesperación y determinación.

—¿Y tú qué hiciste? ¿Te uniste a ellos?

La danza del norteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora