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Los días de Vida comenzaban a primera hora de la mañana sin un tiempo límite, sabía cuando entraba pero no a la hora que salía. Una vez más llegaba a casa en la madrugada, totalmente destrozada en busca de un café bien cargado y una ducha...

Martina: Mi amor mira esa carita que tienes (la abrazó)

Vida: Mamita (sonrió leve, recargandose en el pecho de su madre)

Martina: Mira la hora que es, son las 3:00 de la mañana y tu apenas vienes llegando

Vida: Ni me digas, estoy al volverme loca (suspiro) necesito dormir por días

Martina: No vayas a trabajar hoy

Vida: Mamá tengo que ir, además necesito una asistente y quedó en ir una chica hoy

Martina: Llámale, dile que vaya otro día

Vida: No má, quizá necesita el trabajo, no la quiero hacer esperar

Martina: Eres igual a tu padre

Vida: Lo se (sonrió) Mateo está?

Martina: Si, me imagino que debe estar dormido

Vida: Pobre, lo tengo en el abandono últimamente

Martina: Mhm, deberías darle un masajito (sonrió picara)

Vida: Mamá no seas golosa por dios! Yo mejor me voy a bañar

Martina: Anda, tienes comida en el horno (Vida le aventó un beso)

Por otro lado, Gaia vivía en una constante incertidumbre. Su hogar era muy pequeño, dormía en un colchón en el suelo por mantener cómoda a su hermana, quien sufría una grave enfermedad del corazón...

Rebeca: Gaia vente a la cama, estás que no puedes más con la columna

Gaia: Estoy bien Rebe, tranquila

Rebeca: Mañana tienes una entrevista de trabajo, vas a estar muerta

Gaia: En serio no te preocupes, ya tomaste la medicina?

Rebeca: Si (se sentó junto a ella)

Gaia: Y esos ojitos? (la abrazo)

Rebeca: Haz dedicado tu vida a cuidarme, ni si quiera has tenido una pareja, hijos...

Gaia: Ya tengo una hija, grande pero bueno (se rio) no te preocupes por eso, quizá el destino así lo quiso

Rebeca: Es injusto

Gaia: Buenos desde tu punto de vista, del mio no y anda ya a la cama

Rebeca: Si no vienes no

Gaia: Ash esta bien

Gaia no tenía ni idea de lo que el destino le deparaba a la mañana siguiente. Las horas pasaron y el momento de tomar rumbo a la entrevista de trabajo había llegado, con los nervios sobrepasándola caminaba rápidamente por los pasillos del  lugar sin mirar a un lado, hasta que algo la impactó haciéndola caer al suelo...

Vida: Ay perdón, perdón, perdón! (la ayudó a ponerse de pie)

Gaia: No pasa nada

Vida: Te manché tu camisa

Gaia: No importa, con una lavadita queda como nueva

Vida: De ninguna manera, vamos a un centro comercial que hay acá cerca y se la repongo

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