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A Sakura le gustaba pensar que era inteligente. Ella era una medic-nin de renombre. Sabía al derecho y al revés las reglas shinobi, había memorizado múltiples ninjutsus e información tanto de la aldea como de otros lugares e incluso culturas. Ella era una mujer con una pasión por el conocimiento y siempre estaba aprendiendo más y más. A Sakura le gustaba creer que ella era lo suficientemente inteligente como para notar las cosas que estaban ocultas o las cosas inusuales en un lugar completamente desconocido. Le gustaba pensar que era una buena shinobi, que era un alguien y no un nadie. A ella le gustaba creer eso.

Entonces... ¿Por qué ahora no comprendía la forma en la que la estaban mirando las personas en ese lugar que la acogió? De Damian lo comprendía. Esa mueca despectiva era normal en él cada vez que la miraba. Pero... ¿Por qué los hombres bajo el mando de Bruce la miraban con algo similar a la lastima? ¿Qué era aquello tan malo en ella como para que tuvieran aquel despreciable sentimiento al mirarla?

"Entonces, Sakura, ¿podrías decirnos algo del lugar de dónde vienes?" Richard le preguntó. Sakura negó. "¿Por qué no?"

"Puedo confiarte mis secretos, pero no los suyos." Le respondió.

"¿Por qué?"

"Hogar." Sakura dijo, tratando de buscar las palabras adecuadas en el idioma de aquellas personas para que todos pudieran entenderla claramente. "No traición... o morir."

"Nadie sabrá que nos lo estás diciendo." Una mujer rubia, Stephanie

Sakura apretó los labios con disgusto. "Lo sabré."

Él hombre suspiró.

"Eres una pequeña cosa bastante leal, ¿no?" Jason comentó. Sakura parpadeó en su dirección, sonrojándose suavemente ante el cumplido. Stephanie se rio.

"Entonces, ¿podrías decirnos que hace tu maestro? Dijiste que tenías uno antes." Richard volvió a preguntar.

"Kakashi-sensei." Sakura se animó. Sus ojos color jade resplandeciendo como joyas brillantes mientras su emoción la llenaba. El cariño desbordándose de sus ojos, así como la melancolía y la tristeza. "Él enseñar. Él guía para ser él mejor ninja que podemos ser."

"¿Entonces él solo te enseña?" Richard cuestionó.

Sakura negó. "Él... me mantiene viva." Le respondió, esforzándose por encontrar las palabras correctas para explicar al menos lo básico del trabajo de su sensei.

Ella se humedeció los labios haciendo una pausa, acariciando el suave pelaje de Pakkun quien descansaba entre sus brazos. Era difícil usar el inglés para hablar, especialmente cuando apenas estaba aprendiendo lo básico del idioma. Pero ella se estaba esforzando como lo hacía siempre. Lo estaba dominando de la misma forma en que dominó cualquier otra área de su entrenamiento. Porque para Sakura aprender este idioma era solo eso: un nuevo entrenamiento.

"En el mundo real siempre hay peligro en cada esquina y en todo lugar. Siempre." Sakura les dijo. "Los superiores no dicen todo lo saben, solo lo que necesitas saber. Como Bruce. Pero..." Ella sonrió. "Kakashi-sensei no. Él explica, nosotros elegimos. La primera misión fuera de casa fue así. Nosotros aceptamos."

"Pero..." Richard alentó.

"Pero sigue siendo sensei. Sigue siendo un hombre peligroso."

"¿Qué quiere decir eso?" Sakura observó a Bruce que acababa de llegar. En realidad, él hombre había llegado hace como diez minutos, pero a Sakura le divirtió fingir que no lo había notado.

"Sensei es Sharingan no Kakashi Copy-ninja. Tiene muchos nombres." Sakura miró a cada persona en la habitación antes de realizar un genjutsu rápidamente, atrapándolos en una ilusión. Fue mejor así. Entenderían mejor y, por otra parte, le evitaría más preguntas sobre sus misiones.

Kunoichi: Un Shinobi en GothamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora