3. ʟᴀ ʟʟᴀᴍᴀᴅᴀ

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La mañana se me ha hecho muy larga debido al examen que tanto me preocupaba. Ha durado dos horas, durante las cuales he llenado tres folios enteros y la mitad de un cuarto. Me da miedo confiarme y decir que me ha salido muy bien, ya que, cuando digo esto, mi nota suele ser baja. Sin embargo, esta vez tengo un buen presentimiento. O eso espero.

Salgo de la universidad sintiendo un peso menos sobre mis hombros y con ganas de disfrutar del próximo puente de tres días. Mañana hay huelga en la universidad, lo que significa un día libre adicional. La semana que viene tengo que entregar los últimos proyectos y presentar mi último examen teórico del cuatrimestre. Después de eso, comienzan las vacaciones de Semana Santa.

Será mi primera Semana Santa en Andalucía, y estoy muy emocionada por ello. He oído que las celebraciones aquí son increíbles; no quiero perderme nada.

Caminando hacia mi residencia, que no está muy lejos de la uni, reviso los mensajes que me han llegado durante la mañana y me centro en los del chat conjunto que tengo con mis amigos. Ellos hablan de encontrarse en mi habitación ahora mismo. Sí, en mi habitación. Siempre que nos juntamos en algún lugar interior que no sea un local de ocio, es en mi habitación de la resi. Está a una distancia media de las demás, justo en el centro, y les pilla más cerca a todos.

Acelero el paso para poder llegar más rápido y no hacer esperar a nadie. Ya estoy acostumbrada a que no me avisen con antelación. A veces, esto me molesta un poco, pero esta vez no.

Finalmente, llego a la residencia y subo rápidamente las escaleras hasta mi habitación. Al abrir la puerta, me encuentro con Martín, Álvaro, Bea y Ruslana, cómodamente instalados, cada uno en su rincón habitual. Me reciben con sonrisas y saludos entusiastas. Yo primero actúo como si nada, pero enseguida me paro en seco y les miro.

—Espera... ¿Cómo habéis entrado? —levanto una ceja, confundida, y Ruslana saca unas llaves de su bolsillo. No recordaba que ella tenía una copia.

—Cierto —niega sonriente. Hoy se respira un ambiente notoriamente diferente al del sábado pasado. Me gusta.

—¿Qué tal el examen? —pregunta Bea; siempre es la primera en mostrar interés.

—Creo que bien —respondo soltando un suspiro mientras dejo mi bolso en el suelo y me siento en la cama, justo al lado de donde Martín está sentado.

—Como normalmente —dice Martín, ofreciéndome unas patatas de bolsa ya abiertas, que, por cierto, son de mi despensa. Sonrío al pensarlo.

—Y ahora que estás libre, ¿qué planes tienes para el puente? —pregunta Ruslana, acercándose para coger un par de patatas.

—Descansar, acabar unos proyectos y estudiar para mi último examen. Y quizás salir a dar una vuelta algún día.

—Abortamos misión, chicas —dice Álvaro, y le miro intrigada—. Habíamos pensado en irnos de puente por ahí, a ver mundo.

—No importa, podemos hacer algo durante las vacaciones —propone Bea—. Y tenemos tiempo para organizarlo. Lo de hoy ha sido muy exprés, estaba claro que no nos íbamos a ir.

—Sí, mejor —respondo, sintiendo una mezcla de alivio y entusiasmo.

—Pues que la organizadora empiece a organizar —dice Álvaro, y todos miramos a Bea. Es tan responsable y organizada que cualquier situación que requiera un mínimo esfuerzo de búsqueda recae en ella.

—Iré mirando cosas, sí —responde Bea, ya sacando su teléfono para comenzar a investigar.

Después de esta conversación, pasamos un rato más hablando y riendo antes de que ellos decidan irse para dejarme hacer mis tareas. Una vez que me dejan la habitación sola, me pongo cómoda y empiezo con mis pendientes, acompañándolos con música.

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⏰ Última actualización: Aug 10 ⏰

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