Su llegada al pueblo había dejado una huella bastante enorme en la mente de los habitantes, les sembró miedo y era de esperarse lo que venía a continuación, todos estaban preparados para recibir cobros enormes por mantener sus locales, las peleas de plaza, las guerrillas, eran un pueblo tranquilo ¿Todo se iría tan fácil por la borda? ¿Acaso ese hombre ya había comprado al gobernador?
Fue casi instantáneo que todos comenzarán a ocultarse en sus hogares a horarios tempranos, desconocían lo peligrosos que pudieran ser aquellos hombres que llegaron de imprevisto al pueblo, pero era mejor evitarse conflictos antes que cualquier cosa sucediera.
Esto confundió a la familia Morales, aunque el crimen en Brooklyn existiera, no se tratan directamente con ese tipo de acciones de parte de un grupo criminal, a lo mucho carteristas y uno que otro vago, pero observar directamente como el pueblo se apagaba a cierta hora por el miedo y la inseguridad fue una acción que helaba la sangre, nadie sabía quién era el jefe, ni porque, pero no eran asuntos de nadie.
Hasta el día que él mismo se presentó ante los ganaderos, los ancianos estaban confundidos, tal vez era una mala idea la que se habían hecho y este hombre si tenía ideas de ganado, no se veía con intenciones de comprar ningún caballo, el ya tenía bastantes junto con el montón de vacas, todas destinadas al rastro pero a fin de cuentas era ganado y mantenerlo no es barato.
Sus visitas fueron a un ganadero por día, el primero que fue visitado, estaba encantado, su esposa aún más, dijeron que el señor era increíble, apuesto y amable, pero Don Carlos, tan terco como puede ser un abuelo, no se lo trago, veía como sus compañeros vaqueros quedaban embelesados ante tal hombre.
—Cervatillo, este wey algo está haciendo que los está comprando, no creo ninguna de las mafufadas que dice—.
Dijo con su voz rasposa y dañada por tanto cigarro hacia el joven, que estaba ocupado alimentando a los borregos y cambiando el agua —Don Carlos ¿No cree que solo sea un ganadero normal? No ha hecho nada malo, hasta ahora, aunque bueno, uno nunca sabe que sucede realmente —. Dijo el de piel caramelo al señor, mientras se acercaba de a poco a la silla donde él hombre admiraba la finca frente a ellos.
—No seas tonto Miles, cuando menos lo esperen, los van a traer tragando plomo, ese hombre siempre va acompañado en sus camionetas, no es solo por seguridad, algo a de traer entre manos —. Afirmo con seguridad el anciano, antes de observar a la distancia como una camioneta totalmente blindada y negra comenzaba a recorrer el camino de su entrada.
No sonaban corridos, solo el ruido de las enormes llantas contra la terracería, avanzando hasta la entrada, el hombre había entrado a su casa en todo el tiempo que llegaban de camino, dejando a un Miles muy impactado por el vehículo de alta gama del cual comenzaban a bajar tres personas, dos hombres muy bajos con cabello color chocolate y con ropa algo distintiva, ambos con camiseta roja y un pantalón de mezclilla azul, ambos con un sombrero vaquero blanco, la tercera persona era un señor un poco más alto, también tenía su cabello, chocolate, pero a leguas se veía que era americano, estaba un poco más descuidado y se veía más grande que los otros dos hombres, el no llevaba sombrero pero tenía un sonrisa genuina en el rostro, observo toda la entrada del rancho de reojo y observo al joven viendo la camioneta, sacudió su mano en forma de saludo como si se conocieran de años y grito un enorme "¡Hola!" antes de acercarse, con los dos pequeños siguiéndolo de cerca.
—Buenas Tardes Señor....— "Miles" corto el jovencito antes de que el hombre sonriera y comenzará de nuevo —Miles? No eres de aquí entonces? Bueno, no importa, mi nombre es Peter, trabajas aquí o es tu rancho? —.
La pregunta fue muy directa para el joven, pero debía responder si quería salvar su pellejo, por mucho que esté hombre fuera amable, no conocía sus intenciones —Trabajo aquí, el dueño es un señor viejo y ya no puede arrear a las vacas—. Peter pareció asimilar el dato y asintió
—Entiendo, supongo que el hombre, se encuentra en casa, mi jefe quiere tener una pequeña charla con él, crees que puedas hablarle?—. Pregunto, tratando de que el niño comenzará a caminar a la casa, pero en cambio, Miles lleno sus pulmones hasta el fondo y grito —Don Carlos!!! Lo andan buscando —. Y después soltando un ligero "ahorita viene".
El hombre castaño se quedó perplejo ante el grito pero vio como el hombre viejo salía de su casa con el entrecejo apretado en una clara molestia y escucho la puerta de la camioneta abrirse y cerrarse, había bajado Miguel de la camioneta.
NOMAMEN JAJAJAJAJA PERDONEN NETA, LA ESCUELA ME TRAGO, YO SOLA ME ONDIE Y AHORITA POR MI DEPRESIÓN DE VACACIONES DE NO TENER Q HACER ME VOLVIO LA INSPO, NO PROMETO REGRESAR DE LLENO, PERO VOLVÍ MIERDAS
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La Pantera y el Cervatillo [FlowerFang 🌻🩸]
FanfictionLa plaza ya era suya en varias locaciones, varios estados estaban bajo su mando, las drogas sobre la mesa y la mente fría ante la busqueda de su hija. Detenerse en un pueblo para tomar el mando fue una toma de decisiones algo repentina, quedarse de...