Cookie
"Kim Taehyung, tienes veinticinco años y estudiaste un año de economía en la Universidad de Seúl, pero la dejaste. Solo tienes experiencia laboral como vendedor, y en los últimos meses has trabajado como mesero y lavaplatos. En menos de un año, has tenido cinco empleos diferentes. Mira...podría contratarte, pero tu historial no es prometedor." -dijo el gerente, devolviéndole el currículum con desdén, sus ojos apenas disimulando el desagrado.
A su lado, una joven ejecutiva, impecablemente vestida, se unió a la conversación, mirándolo directamente.
"Opino lo mismo. Lo siento, pero no podemos contratarte. Podríamos ponerte en el área administrativa, pero ni siquiera terminaste tus estudios ni tienes experiencia en esa área. En ventas tampoco podríamos ponerte; tu presencia simplemente...no es la apropiada. Creo que ni siquiera otras empresas considerarían contratarte."
Taehyung sintió un nudo en la garganta, su corazón acelerado mientras sus manos temblaban ligeramente. Tartamudeó mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas.
"Y-yo... entiendo..." murmuró, luchando por mantener la compostura. "Lamento mucho hacerles perder su tiempo."
La joven ejecutiva suspiró, cruzando los brazos sobre el pecho. "Retírate, el próximo aspirante está esperando."
Taehyung asintió, su voz apenas un susurro. "Sí, sí, ya me voy. Y de nuevo, lo siento por hacerles perder su tiempo."
"Sí, ya lárgate," escupió el gerente.
Mientras caminaba por el pasillo del edificio, con los ojos bajos y los hombros caídos, no pudo evitar que su mente vagara hacia su realidad actual. "Tendré que seguir trabajando en el restaurante de la señora Kang," pensó Taehyung. "Al menos así podré traer comida para Cookie."
Su único consuelo en estos días era ese gatito negro.
Y si.
Había llamado así a su gatito en honor a su snack favorito. El omega adoraba las galletas, especialmente las de chocolate, y cuando recogió al gatito, decidió que un nombre que le recordara a algo que lo hacía feliz sería perfecto. Cada vez que comía galletas, sus problemas parecían desvanecerse momentáneamente, y quería asociar a su nueva mascota con esa misma sensación de alegría.
"Debo conseguir otro trabajo, de lo que sea, si solo trabajo como mesero no podre llegar a fin de mes" pensó Taehyung, mientras se dirigía a casa. Necesitaba un empleo estable, algo que le permitiera tener una fuente de ingresos segura, especialmente ahora que tenía una mascota que cuidar. Y más porque Cookie tenía un apetito "especial," y eso complicaba aún más las cosas.
Habían pasado cuatro días desde que recogió al pequeño gatito negro, y desde que se recuperó, Cookie se negaba a comer croquetas, sobras de comida o alimentos enlatados. Era un gato muy exigente. Solo comía cuando Taehyung le servía un filete de carne cocido sobre un plato y lo colocaba encima de la mesa. Además, solo bebía agua filtrada en un vaso bien limpio. Con todas estas exigencias y otras peculiaridades, Taehyung estaba convencido de que el anterior dueño de Cookie debía ser alguien adinerado. Pero eso no justificaba que lo hubieran echado como si fuera basura.
"Aún así, el apetito de Cookie me dejará sin dinero..." -Taehyung suspiró profundamente, observando el horizonte mientras se dirigía a casa. En los pocos días que tenía al gato consigo, había gastado mucho dinero y no podía creer que su mascota comiera más que él. Lo había mimado mucho en estos días, y eso se debía en parte a que Cookie aún estaba en recuperación. Sin embargo, ahora que se había recuperado, necesitaba entrenarlo. Puede que antes tuviera un dueño que le proporcionaba un estilo de vida lujoso, pero ahora tenía un dueño que apenas podía llegar a fin de mes. Por el bien de ambos, y especialmente por la billetera del omega, debía obligar a Cookie a comer lo que cualquier gato normal debía comer: sobras de comida, enlatados y croquetas. De lo contrario, pronto estarían en la ruina.
Ya eran las cinco de la tarde cuando Taehyung llegó a su departamento, su cuerpo clamaba por un momento de descanso, pero sabía que no podría disfrutarlo por mucho tiempo. A las cinco y media debía dirigirse al restaurante de la señora Kang, donde trabajaría hasta la medianoche.
Con un suspiro, Taehyung se quitó la polera y la chalina, dejando ambas prendas sobre el respaldo de una silla. Buscó a su pequeña mascota por el departamento, llamándola con cariño.
"Cookie, ya llegué", dijo, esperando escuchar el familiar sonido de las patitas de su gato acercándose. Sin embargo, solo el silencio le respondió. Frunciendo el ceño, Taehyung intentó de nuevo. "¿Sigues molesto por lo de la mañana?"
Recordó el incidente de esa mañana cuando Cookie, había hecho un berrinche al rechazar el arroz con atún que le había preparado. El felino había mostrado su descontento dándole la espalda y desapareciendo en algún rincón del departamento.
"Bien, puedes seguir escondido, pero no dejaré que sigas con ese comportamiento de niño mimado. Voy a recalentar la comida que no comiste por la mañana, y la comerás. Debes aprender a no desperdiciar la comida. Llegaré tarde a casa y mañana un amigo vendrá a cuidarte, así que no seas arisco con él," dijo Taehyung, con un tono más firme esta vez.
Cookie, finalmente, salió de su escondite, pero no se acercó a Taehyung. Solo lo observó desde lejos, con sus ojos brillantes y desafiantes.
"Vaya, parece que sigues enojado, pero ya no me someteré a tus exigencias," añadió Taehyung, cruzando los brazos. El gato, en respuesta, giró hacia un costado, mostrando desinterés.
"¿Sigues así? Bien... entonces, debo asumir que no comerás la comida que te preparé en la mañana," continuó, sintiendo una mezcla de frustración y ternura hacia su obstinado compañero. Esta vez, Cookie le dio la espalda por completo, como si sus palabras fueran insignificantes.
Taehyung frunció el ceño, sintiéndose un poco insultado por la actitud de su mascota. "Eso me pasa por mimarlo mucho los primeros días," pensó. Aunque amaba a ese gatito, parecía que Cookie no sentía lo mismo. Los primeros días, Cookie se había dejado tocar porque estaba muy delicado, pero desde que se recuperó, no permitía que Taehyung lo acariciara ni un solo pelo. Cookie no era un gato cariñoso; era exigente y gruñón.
"Entonces te quedarás sin comida. No hay dinero, así que confórmate con eso," dijo Taehyung, resignado. "Ya me voy."
Al salir del departamento, Taehyung cerró la puerta tras de sí y murmuró, "Gato mimado," mientras se dirigía casi furioso hacia su trabajo en el restaurante de la señora Kang.
Aunque estaba molesto, no podía evitar sentir una calidez en su interior. Cookie, aún con su comportamiento terco y distante, había logrado que Taehyung ya no se sintiera solo.
🌟
No olviden de comentar y votar 🫢 estoy haciendo mi mayor esfuerzo para que la historia no tenga tantas faltas ortográficas ❣️
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El gato negro | KOOKV
FanfictionTaehyung, un tímido omega de veinticuatro años, se encontró de camino a su departamento con un gato negro herido, al borde de la muerte. Quién iba a imaginar que ese indefenso animal cambiaría su vida para siempre, dandole un giro inesperado. 🌟 His...