Capítulo 1

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PAULA

Me puse mis rodilleras y salimos todas juntas no antes de gritar nuestro típico: "Visca barca."

Salimos a la cancha y había mucha gente mi corazon empezo a latir con mucha fluidez sentía que todo iba a depender de mi, iba a sacar hasta que note una mirada muy intensa en mi, giré la cabeza y vi unos ojos color miel casi que me hipnotizaron porque nos quedamos haciendo contacto visual por unos 10 segundos hasta que una compañera me llamo.

—¡Paula venga!— Dice Sofía, mi mejor amiga, gire la cabeza para volver a concentrarme.

Saqué y empezamos el partido, durante todo el partido notaba esa mirada casi no me podía concentrar sabiendo que alguien me miraba con tanta intensidad.


Íbamos por el minuto 15 e íbamos 4-3 ganando nosotras, casi que no me podía concentrar, acabó el partido y nosotras ganamos, hicimos nuestra celebración y salimos para el vestuario antes de entrar me hice fotos con cada fan que me lo pedía.

Estábamos hablando de cómo nos había ido el partido hasta que hablo la entrenadora para darnos una "gran noticia" y lo digo con comillas porque a mi no me apetecía mucho.

—Mañana os quiero aquí a las 8:30 de la mañana porque nos iremos al Camp Nou— dice mi entrenadora, la cual quería mucho pero cuando dijo eso me entraron ganas de saltarle encima y pegarle dos hostias.

Todas empezaron a hablar entre sí, yo estaba pensando en cómo sería el entrenamiento de mañana hasta que Sofía me hablo.

—Paula, que entrenaremos con nuestros hermanos— Dice Sofía con mucho entusiasmo.

—No se porque lo dices tan entusiasmada si será todo cardio— Digo no muy animada, la verdad no quería ir pero tampoco faltar a los entrenamientos.

Me levanté y fui a las duchas, me duche y salí, allí estaba esperando mi hermano con su coche lujoso pero no tanto.

—Hola enana, que tal— Dice Pedri, mi hermano.

 —Ganamos 10-8— Digo y le miró sonriendo ya que sabía que me iba a comprar ropa ya que ese fue nuestra apuesta, si ganaba me compraba ropa y si perdía le hacía el desayuno durante 3 semanas.

—No me jodas...— Me mira y se ríe, me había visto la sonrisa esa que siempre me salía cada vez que quiero que alguien se acuerde de algo que hemos apostado.

Nos fuimos para casa hablando sobre el partido y sobre el entrenamiento de mañana, llegamos a casa y subí a mi habitación, me puse el pijama, agarre el móvil programé la alarma y me dormí.


Ojos en la MultitudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora