The One With Politician (Nomin)

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EN LOS LIBROS, a las personas siempre les sudaban las palmas de las manos cuando estaban nerviosas. Jeno siempre pensó que eso era una maldita estupidez. Era imposible que te sudaran las palmas de las manos. Al menos a él, nunca le había pasado. A excepción de ese momento. Justo en ese momento. Tenía la boca seca y las palmas de las manos sudorosas. Dios, era un maldito cliché, y lo odiaba.

Se secó las manos con los pantalones y trató de tragar mientras caminaba por la pequeña habitación del motel. Sus ojos color avellana se fijaron en la cama tamaño queen. Se detuvo por un momento. Estaba cubierta por una manta con estampados florales, era tan espantosa que le provocaba náuseas. Las luces proyectaban un horroroso color amarillo sobre todo lo que había en la habitación. Provocaba que sintiera una punzada detrás de los ojos. No recordaba la última vez que había estado tan ansioso, tomando en cuenta que se ganaba la vida hablando delante de la gente. A su esposa le gustaba mucho la meditación y siempre intentaba convencerlo de que la practicara con ella.

Decía que sería bueno para él. Él simplemente se burló de ella, y le dio más dinero para sus clases de yoga y prácticas de atención plena para que lo dejara en paz.

Ahora realmente deseaba haberla escuchado.

Jeno se pasó los dedos por su pelo castaño peinado hacia atrás y se sentó en el borde de la cama. La base de la cama crujió debajo de él, el colchón se sentía tan duro como el cemento. Era barato. Muy barato.

Caminaba de un lado a otro, estaba muy nervioso en una habitación barata de un motel. Era patético. Levantó la mano y miró el costoso reloj que llevaba en la muñeca. 7:58 PM. Sólo habían pasado tres minutos desde la última vez vio la hora. El tiempo corría de manera lenta, ocasionando que su presión arterial aumentara a niveles peligrosos.

—Podría simplemente irme —dijo ante la habitación vacía, su voz sonaba fuerte—. No he hecho nada malo todavía. Podría irme y olvidarme de esto.

La habitación continuó en silencio.

Se sintió como si se estuviera asfixiando, ahogándose a causa de la infidelidad que había planeado. Aflojarse la corbata no sirvió de nada.

Respirar profundamente tampoco funcionó. Su cabeza estaba plagada de esos pensamiento molestos de qué pasaría si.

¿Qué pasaría si me atrapan?

¿Qué pasaría si esto es una trampa?

¿Qué pasaría si su deseo empeoraba?

Todas sus ambiciones políticas podrían quedar destruidas en una sola noche. Pasaría de ser ese político que aparentaba ser un hombre de familia, a convertirse en aquel que fue atrapado en un motel de mala muerte con un chico de alquiler porque no podía controlar su polla.

Solo porque sentía demasiado carga sobre sus hombres. Solo porque quería tener una noche en la que no tuviera que fingir. Dios, él era realmente un cliché.

Los golpes en la puerta lo hicieron ponerse de pie, sintió como si su corazón estuviera en el centro su garganta mientras miraba hacia la puerta. Echó un vistazo a su reloj. 8:07. El chico llegaba tarde. Esa era una señal para que cancelar todo, ¿o no?

A pesar de su respiración entrecortada, Jeno abrió la puerta.

Intentó poner su mejor cara comercial, la que usaba para los negocios, dispuesto a regañar a al prostituto y decirle que se fuera. Fingir que él no fue quien respondió a ese anuncio en línea.

—Sabes, llegaste muy tarde y...

Sus palabras se quedaron retenidas en la punta de su lengua, cuando vio al joven parado al otro lado de la puerta. Oh, Dios. No quería decirle que se fuera. Aunque la voz de su consciencia le gritaba que pusiera fin a esto, simplemente no podía. El hombre lucía tan... perfecto.

Human Toys (Yeongyu, SooTae, Heehoon, Nomin, Hyunlix y Chanlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora