El tiempo había pasado muy rápido desde que hicimos el acuerdo con nuestros padres habíamos logrado nuestro objetivo tener un cachorro lo habíamos logrado estando en la tienda de mascota mi padre nos señaló a un perrito un poco peculiar, ya que este tenía barba el encargado de la tienda se acercó a nosotros con una sonrisa y dijo:
— Su nombre es Tomás, sus antiguos dueños lo dejaron aquí para conseguirle un hogar, se lleva bien con los niños
lo último lo dijo volteando a ver mi padre quien comenzó una conversación con el encargado no logro recordar muy bien, puesto que me encontraba más interesada en seguir mirando cachorros siempre me habían gustado mucho los animales aún recuerdo haber dicho que iba a estudiar veterinaria cuando fuera grande terminado la conversación mi padre me llamo:
— Que te pareces si nos llevamos a tomas a casa
nos preguntó a mí y a mi hermana que se encontraba a mi lado, las dos nos miramos la cara y simplemente nos pusimos a saltar de la emoción y a gritar cuando nos entregaron a Tomás, no nos la podíamos creer, al fin íbamos a tener un perrito en casa y mejor amigo un nuevo integrante en la familia.
Paso el tiempo y Tomás creció junto con nosotras, podría decir que era un perrito muy egocéntrico, solo recordarlo me causa risa, no le gustaba ensuciarse las patas, no le gustaba que se las tocaran, le encantaban que lo peinaran y no le gustaba ensuciarse para ese tiempo ya estaba un poco más grande fue cuando mis padres comenzaron a buscar una vivienda propia, ya que vivíamos en un pequeño apartamento y ya estaba dentro de sus alcances buscar vivienda propia el día antes de que comenzara la mudanza hacia el nuevo lugar que sería nuestro hogar recuerdo sentarme en las escaleras y admirar por última vez el paisaje que estaba frente a nuestro apartamento el edificio que parecía un castillo que durante tantos años había contemplado me surgió cierta nostalgia a mi lado estaba Tomás quien siempre me seguía a todas partes lo consideraba mi hermano y mejor amigo no me malentienda no tenía una mala relación con mi hermana solo que esta ya era una adolescente y ya no le gustaba jugar a las muñecas o la cocina una vez me sentí ya preparada para alejar la vista del paisaje que estaba frente a mí llame a Tomás para ir dentro del apartamento que ya estaba casi vacío, pues el carro de mudanza el día de hoy se había llevado varias cosas ya se veía algo vacío y triste desde mi perspectiva seguí mi camino y me fui a la habitación que compartía con mi hermana y le pregunte:
— No vas a extrañar vivir aquí
A lo cual ella simplemente me miró y dijo
— Aquí siempre van a haber buenos recuerdos Paola, pero eso no quiere decir que no los vamos a seguir teniendo
Luego se levantó de la cama y fue camino a la sala dejándome ahí sola con mis recuerdos me recosté en mi cama, acto seguido Tomás también decidió acompañarme con él, ahí entre mis brazos me quede dormida al día siguiente ya los de la mudanza se habían llevado el resto de cosas y ya nos encontrábamos de camino a lo que sería nuestro nuevo hogar este se encontraba algo lejos, puesto que era en otra ciudad donde vivían mis abuelos quienes también habían ayudado con la mudanza una vez llegamos pude ver que estábamos rodeados de bastantes árboles era como las calles que ves en las películas como cuando las casas están todas alineadas en forma de un medio círculo me pareció algo elegante y hermoso a la vez y vi a varios chicos jugando afuera al futbol una vez descendí del auto fui detrás de mis padres y abrieron la puerta de la nueva casa me quede asombrada no era muy grande ni muy pequeña era una casa de dos pisos con unas escaleras de madera que daban a los cuartos los cuales eran muy iluminados gracias a la luz natural del ambiente todos estaban pintados de blanco tomas comenzó a explorar junto conmigo la cocina también era bastante amplia y elegante era como de concepto abierto era muy bonita y en la parte de atrás había un pequeño jardín el que más se emocionó por ese nuevo espacio fue sin duda Tomás quien salió disparado de la casa y comenzó a correr por todo el jardín en eso me di cuenta de que alguien nos estaba observando era un niño de más o menos de mi edad era blanco con el cabello negro y los ojos eran igual de negro que su cabello y tenía algunas pecas en la cara era bastante lindo seguí la mirada del chico y esta estaba dirigida a Tomás quien seguía corriendo por todo el jardín decidí tomar valor y acercarme al chico quien en un momento dejo de ver a Tomás y su mirada se dirigió a mí
— hola mucho gusto me llamo Paola
dije con algo de nerviosismo en mi voz, siempre me había dado muchos nervios hablar con personas que no conocía sin importar el género, pero siempre había sacado el valor de algún lado para tener la iniciativa y poder conversar él simplemente me sonrió y de un momento a otro desapareció me quede mirando hacia donde el chico se había desaparecido y de un momento a otro volvió a aparecer, pero ahora se encontraba corriendo hacia mí con un balón de futbol en la mano cuando estuvo frente a mí solo extendió su mano y dijo
— Mucho gusto soy Eithan
a lo cual respondí
—mucho gusto Eithan
él me quedó viendo un momento y luego dijo
— Quieres jugar futbol conmigo
Con una gran sonrisa en mi rostro asentí, ya que me daba gusto que apenas era mi primer día y ya había hecho un nuevo amigo, el cual era mi vecino.
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Una historia más
Teen FictionTodas las historias de amor comienzan de la misma forma, el chico conoce a la chica, se enamora de ella, tienen una linda relación, después tienen problemas, solucionan el problema, las cosas mejoran y después empeoran, pero lo que casi todas tienen...