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Bostecé y me levanté de la cama casi al instante, cosa que no solía hacer. Los fines de semana siempre solía dormir hasta tarde, pero este domingo era distinto. Hoy iba a poder ver a mi novio después de casi dos meses.
Paul y yo nos conocimos hacía casi un año en un bar de Granada. Yo trabajaba como camarera allí y un día sin querer él tiró la bandeja que yo llevaba y manchó toda mi ropa. Desde ese momento, Paul empezó a venir casi todos los días al bar.
Me enteré por una amiga que me había escrito una canción, hablé con él, le di una oportunidad y me acabé pillando un poco, un poco que pasó a muchísimo y hace cuatro meses nos fuimos a vivir juntos, aunque él ya llevaba tres en la academia de Operación Triunfo por lo que no había pasado mucho tiempo en nuestra casa, aún había cajas llenas de cosas de sus streams con las que yo no sabía qué hacer.
Volviendo al tema de Operación Triunfo, desde que Paul se fue yo estaba todo el día viendo el 24 horas(no os voy a mentir, había suspendido unos cuantos exámenes de la universidad por su culpa). Era consciente de todo, absolutamente todo, de lo que pasaba en la academia; el romance de los Juantin, los Puleva, las kivi, los lunai y los almendros, el drama que pasó con Salma y sobre todo del Polvorón... A decir verdad, no me importaba del todo, era solo una carpeta y estaba segura de que me llevaría muy bien con Álvaro ya que ambos compartíamos una gran obsesión por Ariana Grande.
Me puse algo cómodo y salí de casa en cuanto pude.
Llegué a la estación de tren donde me estaba esperando la madre de Paul.
—Alondra, cariño—sonrió con dulzura y me dio un abrazo.
—Hola—sonreí.
—¿Preparada para ver a Paul?—yo asentí emocionada.—Me gusta tanto verlo contigo—me acarició la mejilla—Eres un amor.
—Exageras—reí con amabilidad.
Subimos al tren y caí dormida casi al instante, por lo que el viaje de seis horas se me hizo cortísimo.
Cuando llegamos al hotel me cambié y me puse un outfit (que no os iba a mentir, llevaba preparando semanas) y me maquillé con algo sencillo.
Llevaba sin ver a Paul desde navidad y aún así por alguna razón estaba nerviosa a más no poder. Su madre llevaba toda la tarde tranquilizándome y yo llevaba toda la tarde igual, pero en fin, supuse que se me pasarían los nervios lo antes posible(o eso esperaba).
Ya estábamos en la academia y solo faltaba que ellos salieran de una de las salas al salón y allí estaríamos nosotros.
Cada vez que escuchaban las voces más cerca y cuando Lucas apareció por la puerta seguido de Juanjo y Martin se escucharon gritos de emoción mientras que los se quedaron quietos.
