Es estúpido el miedo que me causas y la ansiedad que siento antes de meterte a mi boca, pero también siento ese incontrolable deseo de tenerte, aunque luego me arrepienta, y este pensando durante días que jamás tuve que haberlo hecho, lo llamare como un gusto culposo, una adicción de la cual es dificil salir, casi imposible. Como un juego de azar te vuelves adicta a la sensación, adicto a la adrenalina que sientes antes y después de consumir, entre culpa, pena e incluso asco, pero por otro lado no puedes parar, sientes una sensación y explosión de sabores y texturas, que fantástico seria poder saborear sin tragar, o comer sin engordar.
Así como te repudio, te deseo, solo anhelo quitar ese pensamiento insano de mi mente. No les mentiré, queridos lectores, jamás me recuperé y creo imposible hacerlo, siempre habran recaídas, como la de hoy, donde no piensas en un cuerpo sano, si no solamente en tener un cuerpo diminuto, delgado, estandarizado.
¿Porqué me da tanto asco el mío, sí amo y normalizo todos los demas?.