Capitulo XIV

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—Tu fuiste la que viste a Anne antes de lo que paso

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—Tu fuiste la que viste a Anne antes de lo que paso.

—Tal vez.—Esbozó una sonrisa burlesca y inclinó su cuerpo hacia delante—. ¿Sabes? Pensé que eras más bonita de cerca, pero es todo lo contrario —se rio.

Ignoré su comentario, me había dicho cosas peores en estos pocos minutos, y me di cuenta que confrontarla no fue una buena idea.

—¿Actuaba raro en la enfermería? —divague.

—¿Por qué tengo que saber de gente que no me interesa? —Se cruzo de brazos con una mueca de desprecio.

—Estabas en el mismo lugar que Anne —protesté. Sophie me estaba colmando la paciencia.

—Ya paso más de una semana Michelle, supérala ¿Seguirás jugando a ser la detective? —Sus labios se curvaron en una sonrisa burlona—. Anne está muerta —escupió con desdén como si recordarla fuera un fastidio.

—Quiero tener respuestas de lo que sucedió —demande desesperada. No sabía que más hacer con ella.

—Porque no mejor vas a arreglar tu vida antes de meterte en asuntos ajenos —bufó y se escucharon unas risitas detrás de mi.

—Sophie se que no somos amigas y no te caigo bien —Lo dije con un tono entre frustrada y resignada—. Pero no tienes motivos para tratarme así.

—Que patética eres. —Soltó una carcajada breve y seca—. Sigo sin creer que te vio —Al terminar la frase se marchó con su grupo de confidentes.

Maldita perra loca.

Seguí actuando con normalidad, como si media cafetería no hubiera notado lo que dijo y como me dejo en vergüenza frente a todos.

—¿Qué acaba de pasar? —preguntó Julie mirándome con impaciencia —Sophie anda hablando mal de ti a tus espaldas.

—Charlamos un par de cosas pero sabes como es ella. —Entorne los los ojos al ver como el grupo de esa loca se reían de mi.

—¿Solo eso? —Insistió con una mezcla de incredulidad y preocupación.

—Si Julie —afirmé, no quería quedar más en vergüenza de lo que ya estaba. ¿Cómo pude dejarla salirse con la suya?

—¿Puedo sentarme contigo? —murmuró —. Es la primera vez que sales de tu habitación desde...

—Como quieras. —Me encogí de hombros. No hacía falta recordarlo, ya lo decían los profesores cada maldito día en la puerta de mi habitación.

Mi único motivo en salir al exterior fue averiguar el culpable del "asesinato" de Anne. Los detectives cerraron su caso por falta de evidencias, era obvio que les pagaron por hacerlo.

Ella me sonrió colocando su bandeja junto a mí y comenzó a informarme de todos los rumores de hoy día; como si importará.

—No me mires así Michelle, por lo menos conseguí algo.

Mi Perversa ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora