Ámame.

II. Fue... tan solo un sueño

Esa noche llegué a mi casa, cerré la puerta con un golpe bastante fuerte y me largué a llorar en mi habitación. De tanto llorar, me dormí.

Fue un sueño hermoso, que sé que nunca será realidad.

Entraba en la escuela como todos los malditos días, me sentaba y sólo esperaba al recreo para poder verlo...
Tocó el timbre y salí, él no estaba. O por lo menos no lo encontraba.
De repente siento que algo tibio me empieza a recorrer el cuello. Era él. Toby, acariciandome.
Me di vuelta bruscamente para enfrentarlo y sus labios hermosos y perfectos rozan los míos, pequeños, frágiles y bien colorados. Él se acerca cada vez más a mi y mi corazón empieza a latir como nunca antes. No me aguantaba más, lo tenía en frente mio y ni lo besaba. Lo único que hacía era mirar esos ojasos que me devolvían la mirada.
Comenzó a bajar sus manos hasta mi cintura y me comenzó a besar... lenta y perfectamente. Era perfecto. Como siempre.
No era mi primer beso, era la primera vez que me enamoraba, pero no quiere decir que no haya besado nunca a nadie.
-Me encantan tus labios- dijo separándose un centímetro se mí y mirandome profundamente a los ojos.
-A mi me encantas vos..

Lástima que sólo fue un sueño y mi vieja siempre me caga todo.

No me animé a decirle a él. Tenía mucha vergüenza. Pero es uno de los sueños que nunca voy a olvidar.