En el Japón antiguo, Junko es una chica japonesa dulce e inocente, se escapa de unos mercaderes luego de que estos asesinaran a su padre, al adentrarse en el bosque se esconde en un pozo de agua donde al entrar en este es enviada a una época diferen...
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Mientras conducía, el rostro de aquella joven se le hacía conocido a Ken, no podia recordar pero ya la habia visto en otra parte.
Es entonces donde lo recordó.
La chica de cabello negro.
Aquella chica que tuvo el valor de acercarse al monstruo Neronga, recordó que al ver aquello se había quedado sorprendido con su acción pero se preguntaba que le había pasado, la herida en su rostro las cicatrices, los moretes.
Tenía muchas incógnitas.
Ken ya había llegado a su casa, salió de su auto y abrió la puerta del asiento de átras donde Junko se encontraba inconsciente la tomo entre sus brazos cargando su cuerpo, abrió la puerta como pudo y adentro lo esperaba Mina.
- Ken, porque traes-
- No preguntes y prepara una cama - dijo el con Junko en brazos.
Mina fue rápidamente a hacerlo, mientras Ken iba detras de ella con cuidado de no lastimar a la chica que cargaba.
Eran las 9:00 de la noche, Ken observaba a la chica frente a el totalmente inconsciente, mina ya había atendido a Junko, pero no sabía que decir cuando despertara, Mina termino de hacerle un análisis en todo su cuerpo.
- Segun el análisis y las pruebas, tiene síntomas de insolación y deshidratación, además de la herida en su rostro no presenta ninguna infección, tiene un esguince en su tobillo izquierdo- dijo mina a Ken.
Ken se mantuvo pensativo, tenía cierta curiosidad por aquella chica aunque si admiraba su belleza estaba muy lastimada y su ropa era antigua como las de hace miles de años en Japón.
- Sigue vigilandola, dime si despierta, iré a descansar- dijo Ken a mina.
- Asi lo haré, Ken - hablo mina
Ken se fue hacia su habitación a descansar, aún pensaba en que debia hacer cuando aquella chica despertara, pero podía resolverlo, mientras Mina se quedó con JunKo y cambió su ropa por una bata blanca y vigilandola.
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Junko, estaba otra vez en ese bosque y llovía de nuevo es allí donde observa una figura lejos de ella cerca del pozo donde había estado antes, decide acercarse a mirar quien era, aquella persona se dió la vuelta y era su madre.
- MADRE!!-grito ella del asombro y corrió a abrazar a su madre, se sentía cálido pero entonces algo empezaba a volverse húmedo en el abdomen de su madre.
