Capitulo 8 || ¿Tu me amas?

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GIN

Había sido un día pesado. Habían llegado muchísimos contratos de nuevos artistas quienes eran candidatos para la próxima exposición, tuve también un par de reuniones para organizar todo y mis superiores insistían que presentará al próximo artista revelación, pero no lograba conseguir al mejor, a pesar de que todos los trabajos eran geniales, ninguno lograba convencerme. Sus trabajos carecían de chispa y eso era exactamente lo que buscaba, una chispa, una luz.

En cuanto recosté mi cabeza de la almohada no tardé en quedar profundamente dormida. Pero me desperté sobresaltada por un golpe en la puerta, mire el reloj de noche, y eran pasadas las dos de la mañana.

Tragué saliva nerviosa, preguntandome quien podría ser a esa hora, porque a mí nadie me visitaba. Cuando volvieron a tocar la puerta, podía sentir que mi corazón latía. Me levanté de la cama, y tome mi teléfono y escribí el número de emergencias, pero no llame. Luego busque el paraguas más grande que tenía.

Me paralice.

—¿Gin?— Esa voz que conocía muy bien.
Volvieron a tocar.

En cuanto pude reaccionar de nuevo, me apresuré a mover el inmueble con el que aseguraba la puerta todas las noches, y luego, abrí la puerta. Y efectivamente él precioso hombre de ojos verdes estaba frente a mí, estaba vestido de negro completamente como siempre, estaba recostado del umbral de la puerta con los brazos cruzados, su cabello estaba un poco húmedo y se le pegaba a la frente. Fue imposible evitar templar cuando sus ojos se posaron sobre mí y su mirada me recorrió de arriba a abajo.

—Pense que no me abririas— Dijo con su voz profunda, y sensual. Siempre había pensado que Peter podría haber sido un excelente locutor de radio, le habrían pagado millones solo por hablar.

Lo miré.

—Estaba durmiendo.— Respondí.

—Aún sigues usando esa pijama holgada.

— No era nada él no hubiese visto antes, mis pantalones de chándal y una camiseta pequeña.

Tragué saliva.

—¿Qué haces aquí? ¿Si sabes que estás no son horas para tener una conversación en el pasillo?

Peter me regaló otra sonrisa, esas que eran el tipo de sonrisa que me hacían delirar, y algo más, mucho más.

—Exacto, este tipo de conversaciones suelen ser un poco más privadas.— Susurro derrochando sensualidad.
Parpadee sorprendida, mientras daba un paso hacia mí.

—Necesitamos hablar, Gin.

Me hice a un lado muy despacio, y Peter no dudo en entrar, e irrumpió en mi departamento.

Yo nunca recibía visitas, y la única otra persona que había entrado al departamento, era el señor de mantenimiento para reparar la llave del baño, que había dejado prácticamente igual. Pero aparte de él, nadie más había estado allí. Así que lugar era un desastre, había dejado tiradas mis cosas del trabajo sobre el sofá, y los cojines estaban desordenados, me avergonzó cuando ví todas esas fotografías que sobresalían de mi carpeta, junto a los documentos que esperaban ser firmados sobre la mesa de la cocina. Y aunque tenía una obsesión por el orden, esa noche estaba tan cansada que sólo me había dormido, hasta que llegó Peter.

Me toqué la nuca y mientras que miraba como Peter inundaba mi departamento con su presencia mirando por todos lados, examinando cada rincón de mi lugar.

—¿Por qué vives aquí?— pregunto con una voz neutra que no pude decifrar.

Me encogí de hombros avergonzada, incluso sabiendo que Peter no era capaz de juzgarme por mi dinero, porque él nunca lo hizo y tampoco lo había visto hacerlo con nadie. A pesar de que Peter había sido un niño pijo, era muy considerado con todos. No en vano, su abuelo era el dueño de la constructora más importante de Inglaterra, la misma que le había heredado a Peter, pero sabía que su pregunta era más por curiosidad que por regañó.

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⏰ Última actualización: Jul 18 ⏰

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