Capítulo 1.

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Toda historia comienza con la vida de una persona, con un pensamiento, con una sonrisa y hasta con una mirada. En realidad, no se trata de su comienzo sino de las experiencias que te regale en su transcurso.

Mi historia comienza en Ámsterdam, ciudad de las nubes.  

Las mañanas en mi casa se basan en un desayuno italiano, una taza de café y algunas rebanadas de pan tostado. Mi padre en su despacho, rodeado de libros referentes a guerras mundiales, no sé por qué, pero tiene una obseción con ese tipo de libros, por su parte, mi madre observando algunas fotos del álbum familiar, y mi hermano... bueno, Dylan, él estaba tratando de lograr el mejor look para su cabello, a veces pienso que es metrosexual, es el más popular de mi escuela, tiene una novia de envidia y es el mejor jugando fútbol, tanto que ya consiguio una beca para jugar en un equipo profesional, siento orgullo por el, nos llevamos muy bien, es muy comprensivo conmigo, pero al llegar a la escuela, automáticamente dejamos de ser los mejores hermanos para pasar a ser unos completos desconocidos. Sería completamente invisible a no ser de que llevo buenas calificaciones y algunos me hablan para que los ayude con la tarea y cosas así. Siempre es lo mismo.

Fui hacia mi habitación a meter lo que faltaba a mi mochila, arreglé mi cabello por última vez. Había perdido la noción del tiempo por unos instantes, ¡rayos!, iba a llegar tarde a la escuela, no es por presumir pero yo nunca llego tarde, me despedí de mis padres. Tome el metro de la línea 51, nunca me voy en esé pero ya era algo tarde y no tenía tiempo para decisiones. Al llegar a la escuela me tope con mi mejor amiga, Jade

-¡Noa, goedemorgen, buenos días! 

Justo cuando iba a regresarle el saludo, sonó el timbre y ambas corrimos hacia nuestro salón. Al llegar el maestro nos miraba sorprendido.

-Jovénes, ¿Cuál es la hora de entrada?. -Dijo con ironía.

-¡7:10!. -Contestaron todos.

-Exacto, y, ¿Qué hora es?

-¡7:15!. -Traidores, pensé.

-Solo son 5 minutos tarde profesor, le prometemos que no volverá a pasar. -Le dijo Jade intentando convencerlo.

-Esta bien señoritas, que no se repita o no vuelven a entrar a esta clase, ¿de acuerdo?.

Hay veces en que el señor Bachman se vuelve insoportable, sobre todo cuando pone alguna actividad y solo espera a que terminen unos cuantos y empieza con otro trabajo, seguramente piensa que somos humanos superdotados. Todas las clases fueron iguales o peores a la primera, al parecer hoy no era el día de ningun maestro, traían un ánimo de aquellos, peor que una chica con menstruación. Irritante, esa es la palabra que describe a la perfección mi día hoy.

(...)

Al llegar a mi casa me dispuse a realizar mi tarea y darme un buen baño, liberarme de lo agobiante de mi mañana en la escuela.  Eran las 5:40 pm. Cuando la ciudad se encuentra nublada mi mejor opción es escuchar música genuina, ya saben, ese tipo de música que tiene el efecto de un sedante, donde solo eres tú y la melodía. Pero al final siempre tienes que volver a la realidad, lo único reconfortante es que mañana saldría con Jade. Namiddag beste vrienden, tarde de mejores amigas, así es como ella le llama.









Sé que es un poco corto, pero soy nueva acá, así que no soy buena en esto. Espero que les guste.

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El chico del metroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora