-Jade, ¿estas bien?. -Le dije, sé que mi pregunta era tonta pero ella no había hablado en todo el camino.
-Si, no te preocupes, de todos modos ya sabía que él no valía la pena.
-Entonces.. ¿cómo es que seguías con él?. -Le pregunté con confunsión.
-A veces esperas a que las personas cambien solo porque tienes fé en ellas.
No supe que decirle y la abrazé, los abrazos son mejores que las palabras cuando no sabes que decir.
Tomamos el metro de regreso a casa y nos despedimos. Entré a mi casa y no estaba Dylan, así que cerre todo y me fui a mi habitación, era de hora de estrenar el disco que había comprado, lo puse en el reproductor y me puse hacer la tarea de literatura, en poco tiempo ya la había terminado y las canciones igual.
Estaba apunto de quedarme dormida, cuando escuche un ruido en la cocina.
!Oh Dios mío, un ladrón!, ¿Dondé están los bates cuando los necesitas?
Estaba tan nerviosa así que tome un perfume, los perfumes tienen alcohol, podría servirme como arma, cerre la puerta de mi cuarto y bajé muy lentamente para no hacer ruido, me asomé por las escaleras y no había nadie. Seguro fue el viento -pensé, ja' no fue el viento, dejé todo cerrado, ¡ay no!- los nervios aparecieron de nuevo y vi que una persona se metio a la cocina, era un chico y estaba de espaldas, deje a un lado el perfume y tomé un sartén, el tipo parecía drogado, le pegué en la cabeza dos veces y este cayó al suelo, lo volteé para verle el rostro -¡rayos!- era Dylan, quería reirme pero no lo hize, lo fui arrastrando hasta que logré sentarlo en el sillón, fuí por una bolsa de hielo para ponerle en la cabeza. Apestaba a alcohol, seguro había estado bebiendo este menso, nunca en su vida a tomado, seguro se tomo dos copas y con eso se puso loco, le preparé un café y escuche que ya había despertado.
-Auch, ¿porqué me duele tanto la cabeza?. -Dylan intentaba levantarse.
-Te golpeé con un sartén, entraste sin hablar ni nada, pensé que era un ladrón, lo siento, además apestas a alcohol, ¿sabés que dirá papá si entera?. -Le dije con tono amenazante.
-No, ni se te ocurra... -Le interrumpí dandole su café- ¿Estó para qué?.
-Para aliviar el dolor de cabeza y ve a bañarte, pero rápido antes de que lleguen.
-Uy, oye, gracias... y yo.. lamentó lo que te dije en la escuela, a veces me dejo llevar por.. -Se quedo callado y bajo su cabeza.
-Ya no importa, tú te dejas llevar por cualquier cosa, ya callate y ve a bañarte.
Pasaron 2 horas más, ya erán las 11:50 pm, mis padres estaban tardando, las juntas no duran tanto. En un parpadear de ojos, estaban tocando el timbre, así que baje y les abrí la puerta a mis padres.
-Amor, disculpa la tardanza. -Dijo mi mamá mientras me daba un beso en la mejilla.
-Noa, y ¿Dylan?, ¿salió a algún lado?. -Me preguntó mi papá con preocupación.
-Ambos salimos, yo fuí al centro comercial con Jade y él, no sé, pero llegó cansado así que supongo que fue a practicar con sus amigos, ahora esta durmiendo como un bebé. -Mentí acerca de lo que realmente había pasado con Dylan. Lo iba a pagar muy caro.
-Bueno, esta bien, ya ve a dormir, yo me encargo de cerrar. -Me dio un abrazo mi padre y me dirigí a mi cuarto.
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El chico del metro
Novela JuvenilAl día siguiente, Noa vuelve a tomar el metro como todos los días, pero esta vez se encontró con alguien inesperado, nunca antes visto. Ahí estaba, frente a ella, era ese tipo de persona que no encuentras a la vuelta de la esquina. || Dicen que l...