Doce años

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A esta edad fue cuando comprendí que lo que sentía era más que solo admiración y aceleración de mi palpitar, entré a la adolescencia y mis hormonas se empezaron a hacer notar.

Ese día 18 de Julio estábamos en una reunión de amigos, o bueno, amigos de mis padres, así que obviamente estaban los padres de Lian y él también. Lian estaba con Molly, Nyami conmigo y Leo molestando la reunión de mis padres.

Era una noche común y corriente, solo que con música de viejos al fondo, cuando de pronto salieron de casa y comenzaron a lanzar y explotar fuegos artificiales. Todos estaban bien borrachos y se quedaron dormidos en la sala, así que esa noche Lian tuvo que dormir en casa, lo empecé a molestar diciéndole que estorbaba en casa y cosas por el estilo. Sí, una completa infantil lose.

—Pero Lian en forma de broma me respondía — Sabes que te encanta que esté aquí.

Realmente no sabía el impacto que hacía en mí que dijera eso.

Esa noche el durmió con Leo, y sus palabras seguían rebotando en mi cabeza.

—¿Será que sí me gusta que este aquí?— me preguntaba.

En medio de la noche tuve mucha sed así que fui a la cocina por un poco de agua, él estaba ahí, sentado mirando su teléfono en la barra de la cocina, estaba un poco serio pero cuando aparecí volteó hacia mí y se le hizo una inolvidable sonrisa en su rostro.

—¿Qué haces a estas horas por aquí pequeña? — me preguntó.

—Tenía sed — le respondí.

Mi corazón latía a mil por hora mientras lo miraba, abrí el refri para sacar agua pero mis manos agarraron una botella de leche, saqué dos platos, cereal y nos seví. Fui a la barra le entregué su plato y le dije — Toma estorbo, así no como sola.

—¿Y no es que venías por agua? — preguntó él.

—Sí, pero me dio hambre, come y no molestes — le respondí.

En ese momento solo sentía querer abrazarlo, pero me resistía a esos sentimientos.

—Estabas muy serio ¿te pasó algo? — le dije.

—No, solo hablaba con un amigo que dice que me quiere presentar a una chica — respondió.

—Con un nudo en el corazón pregunté— ¿Una chica? ¿es linda?.

—Pues no la he visto solo se que se llama Kendal — respondió.

Depues seguimos comiendo nuestro cereal, mientras el miraba su celular yo disimulaba y lo miraba cada dos segundos, fue algo mágico estar ahí solos bajo la poca luz de la cocina y el silencio abrazador, todo solo hacía que mi corazón se acelerará más.

Al terminar tome su plato, el mío y fuí a lavarlos, todo iba bien hasta que Lian se acercó y me abrazo por detrás.

—Gracias pequeña — dijo mientras me abrazaba.

Mi corazón se aceleró, mariposas en mi estómago no dejaban de revolotear, su olor inundó cada parte de mi cuerpo, sentí una emoción que nunca había tenido, fue un momento rápido pero para mí fue como si hubiera pasado en cámara lenta, sentí su calor, sus fuertes brazos y su cuerpo detrás del mío. No se explicar lo que sentí, pero no me creerán lo que hice por los nervios.

—¡¡Eeyy!! Suéltame tonto — dije mientras lo apartaba.

—Jajaja lo siento amargada, solo quería ser agradecido — respondió mientras se iba a la habitación.

¿Qué clase de idiota aparta aún chico guapo, sexy, con un olor espectacular y que de re paso la abraza por detrás? Sí, yo, una completa idiota, pero entiéndanme, estaba entrando a la adolescencia y mis hormonas no aguantaron, no supe como reaccionar.

Después de ese día mi supuesto odio hacia él aumento.

Un día mi mamá solo en juego empezó a molestarme con Lian y mi reacción no fue la mejor del mundo, lo sé, era una completa idiota.

—Lian es guapo ¿no Katy? — dijo mi mamá.

—Muy equis la verdad — respondí amargamente mientras Lian me miraba con una pícara sonrisa en su rostro.

—Si fueras más grande harías linda pareja con Lian — dijo papá.

—¡¡Papá!! ¿Es enserió, usted también? — respondí en forma de reclamo.

—Jajaja no la molesten tanto, la pequeña no sabe de bromas — dijo Lian.

—Tu cállate tonto — le dije mientras me iba a mi habitación.

Estas cosas sucedían seguido, lo trataba mal cuando por dentro me moría por él, solo mirarlo sonreír eran momentos preciados. Mis sentimientos por él cada vez crecían más, pero no quería aceptarlo.

Un día en el colegio, como cualquier otro, estaba en la clase de matemáticas con Zasha quién me andaba contando unos de sus tantos chistes.

—¿Porqué las monjas no usan sandalias? — me preguntó Zasha.

—No lo se — respondí.

—Por que son devotas jajajajaja — contesto mientras se moría de risa.

—Jajajaja ese estuvo bueno — le dije.

A la hora del descanso se me acercó un chico llamado Mateo, lo conocía de hace tiempo, pero nunca tuvimos mucha conversación, después de todo era uno de los chicos mas guapos de la secundaria y desde primaria, y ese día hizo algo que no me esperaba.

Hola Katy, se que no hablamos mucho, pero desde hace un tiempo me gustas y no sabía como decírtelo, pero aquí va... ¿Quieres ser mi novia? — dijo Mateo mientras se arrodillaba y me entregaba un ramo de flores con chocolates.

Yo estaba muy sorprendida, no sabía que hacer o decir, era algo nuevo para mí.

—Dale, di que sí, él es lindo — dijo Zasha entre dientes.

—Sí — respondí con miedo y duda.

A lo que Mateo se levantó, tomo mi cara tiernamente y me beso, quedé en shock, ese había sido mi primer beso, no supe que decir o hacer, fue algo que me tomó por sorpresa.

—A la salida nos vemos — dijo Mateo.

—Esta bien — le respondí.

Y así tuve mi primer novio, fue algo tan rápido que ni tuve tiempo de pensarlo.

Al llegar a mi casa le conté rápidamente a Nyami y Molly.

—¿Enserio te beso? — preguntó Nyami.

—¿Y cómo fue el beso? — preguntó Molly.

—Fue algo muy rápido, ni entendí que pasó — les respondí.

—Le voy a contar a Lyan, se va a morir de la risa jajaja — dijo Molly mientras desbloqueaba su celular.

—¡NO! No le digas — dije nerviosa.

— Ah y ¿Porqué no? — preguntó Molly.

—Acaso te gusta Lyan y no quieres que se enteré — dijo molestando Nyami.

—Claro que No, solo no quiero que le cuenten, es algo personal — dije intentando ocultar la verdad.

—Pero siendo sincera, tú y Lian quedarían lindos, tienen mucho parecido — dijo Nyami.

—¿Qué su mejor amigo y yo? Jamás — dije amarga y evasivamente.

—Ya déjala Nyami, además Lyan es muy mayor, y es mi mejor amigo jajaja mío nada más — dijo Molly.

Así que a mis doce años tuve mi primer novio y mi primer beso, pero no duró mucho, tranquis, como mucho duro dos semanas, no me sentía cómoda cuando me quería besar, ni acercarse a mí, la verdad ni me gustaba, aunque fuera lindo ya mi corazón estaba ocupado por otra persona.

¿Qué su mejor amigo y yo? Jamás Donde viven las historias. Descúbrelo ahora