¿Qué su mejor amigo y yo? Jamás

El día que tanto espere

Ya tenía dieciséis, una nueva etapa de mi adolescencia, me sentía en paz, aunque seguir viendo a Lian con Kendal me dolía, no podía hacer nada, era una simple puberta.

Para los que tengan curiosidad de porque no hable si tuve fiesta de quince, pues porque no la tuve, quise algo pequeño, que me dieran el dinero para poder yo comprarme lo que quisiera, así que eso hicieron y solo picamos un pastel para celebrar mis quince, por eso no hablé de fiesta de quince, pero bueno continuando.

Normalmente Lian siempre estaba en la casa así que Kendal también, y no se creerán que paso un día. Zash estaba en la casa y estábamos en mi cuarto hablando hasta que saque la conversación de Lian.

—Esto es tortura Zash, ver como se besan, como se agarran de la mano, aunque siempre es más ella, pero es tortura, ya no soportó más, desearía tanto ocupar ese puesto — le dije totalmente triste a Zasha.

—Lo se amiga, solo toca ser pacientes, algún día llegará tu momento y tendrás a tu chico ideal — me respondió Zasha.

—Pues sí, aunque mi sueño es que fuera él — dije desanimadamente.

Después de esa charla, nos pusimos a hablar de otras cosas hasta que nos dio un poco de hambre y fui a la cocina a buscar algo para las dos, cuando en pleno pasillo se acerca Kendal.

—Con que te gusta mi novio ¿no?, y ni se te ocurra hacerte la que no, porque escuché tu conversación con Zash, que boba eres al pensar que tienes o tendrías oportunidad con Lian. Con razón siempre te vi tan rara con él, eres una simple puberta estúpida, jamás podrías estar con un chico como Lian, además te recuerdo, es MÍO, no lo olvides mocosa.

Volví a mi cuarto llorando y le conté a Zasha, Zash obviamente quiso ir a contarle la cabeza pero la detuve, lo menos que quería era un problema y menos con la novia de Lian.

En fin, tenía razón, solo era una puberta mocosa ilusionada con algo irreal.

Me atreví a contarle a mi mamá que me gustaba un chico mayor, le dije lo buen chico que era, pero ya no podía ocultar mis sentimientos hacia él, a lo que mi madre me dijo — Sí en verdad te quiere mi amor, esperará a que seas mayor de edad, pero si no le importas te planteará ser algo ya, ese no es el indicado, no puedo decidir sobre lo que sientes, pero si puedo aconsejarte que sepas elegir y veas si es el indicado. Los hombres pueden ser malos, pero todavía hay unos buenos por ahí, así que siempre atenta.

Mi mamá siempre siendo la mejor.

Un día tuve un torneo de Voleibol fuera de la ciudad, pero por cuestiones de trabajo mis padres no me pudieron acompañar, Molly no estaba en la ciudad y Nyami estaba acompañando a Leo a un campamento, entonces el único que me podía llevar era Lian.

Hice mis maletas, me aliste y salí al carro donde me estaba esperando Lian, fue un viaje bastante largo y un poco incómodo, cada treinta minutos kendal llamaba a Lian para saber que hacía y donde estábamos, era muy controladora, la verdad desde que Lian empezó a salir con Kendal un brillo en él se apagó, esto dicho hasta por su mejor amiga de toda la vida, Molly.

Al llegar al hotel, nos enteramos que solo teníamos reservada una habitación con una sola cama, algo incómodo pero nos acomodamos, Lian tuvo que mentirle a kendal diciendole que estabamos en habitaciones separadas porque o si no se iba a volver loca. Al día siguiente tendría el partido y estaba muy nerviosa.

—No estes nerviosa pequeña, eres la mejor jugadora de voleibol que he conocido, alcanzarán la victoria — dijo Lian.

—¿Sabes qué ya no estoy pequeña, verdad? Pero gracias por el aliento — le respondí.

Nos acostamos a dormir cada uno de su lado, para que no se volviera incómodo el momento.

A la mañana siguiente desperté muy temprano y me percate que estaba durmiendo abrazada con Lian en su regazo. Esta vez, en vez de saltar del susto, disfrute cada segundo antes de levantarme, para mirarlo y recordar que solo es una ilusión pensar que podríamos estar así más tiempo, que solo era un instante y que la que ocupará este puesto realmente será Kendal.