RENEGADE (JICHARD)

¿De verdad hablaremos de tiempo en tiempos así?

Argentina.

Su rival era Argentina y eso no podía tenerlos más tensos a todos. No bromeaban, le dedicaban las 23 horas del día a entrenar mental y físicamente. Argentina era un rival dificil en todos los aspectos, y James lo sabía. No era la primera vez que se enfrentaba a ellos, pero si era la primera que estaba seguro de que no perderían sin dar al menos una buena batalla.

Eso si podía concentrarse después de su pelea con Richard. El rizado no había llegado a su habitación del hotel después de discutir, mucho menos le avisó que había salido con nada más ni menos que Endrick. James venía tragándose sus reclamos puesto que su amado esposo se había aparecido en su puerta con flores y una cara e haber llorado minutos antes, y él, un malparido ahuevado pero enamorado, lo aceptó de vuelta.

Se estaba arrepintiendo de tragárselo todo, cada día estaba más irritado, ¿Acaso Endrick no tenía nada mejor que hacer en Brasil o Madrid que chimbeandole la vida al cucuteño?

— ¿Qué me le pasó que anda todo pucherudo? —El mediocampista soltó un quejido al escuchar a Lucho preguntarle lo único de lo que no deseaba hablar, pero no podía hacerle el desaire, no cuando lo había escuchado tantas veces junto a Ospina lloriquear porque Richard se pasaba de 'amistoso' con cualquier persona (en específico con Endrick).

— No por nada, ando azarado. Con Argentina nunca se sabe. — Se encogió de hombros intentando restarle importancia. Pero su mirada fija en su esposo riéndose al otro lado de aquella sala junto a Endrick le enfureció.

Luis pareció captar rápidamente la situación, suspirando pesadamente antes de negar y sentarse al lado del capitán, llamando la atención de Muñoz en el proceso, quien también se sentó con ellos.

— Manito no es que me diga y prendemos a machete a ese malparido con Luchito y Arias. — Gran saludo de parte de Daniel ¿Qué más podía pedirle a su amigo? Adoraba lo dispuesto que estaba a desaparecer a alguien solamente por el poder de la amistad— Ese Brazuka las tiene sentenciadas desde que me quitó mi puesto en el vestidor, ash. — La queja de Muñoz le hizo carcajearse, siempre sabía como ponerlo de buen humor. Todos allí se habían ganado un lugar en su corazón.— Ahí viene el rey de Roma de la mano de una zorra.

James no había comprendido hasta que levantó la mirada y se encontró con Richard muy manita sudada con Endrick, hecho que entristeció aún más al cucuteño puesto que frente a las cámaras era imposible que los vieran tan juntitos ¿Pero con Endrick si se daba la mano? ¿En la previa al partido más importante de sus carreras?

Antes de que pudiera decirle algo, el 10 se levantó de su asiento para ir a 'hablar' con su director ténico, diciéndose hablar a simplemente asentir a todas sus indicaciones antes de correr al campo, dispuesto a prestarle atención a lo único que podía medianamente controlar en esos momentos: su juego.

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Minuto 112, el marcador 1-1. James estaba en el banco, Richard junto a él. La ansiedad de terminar en penales le carcomía y solo quería que su pareja le dijera que estaba ahí, algo, una señal de que los dos estaban el uno para el otro.

Pero nunca llegó.

Su corazón se oprimió en tristeza y ansiedad al darse cuenta de que su matrimonio se estaba muriendo, que Richard lo estaba matando con su ausencia, al preferir a otras personas antes que él ¿pero entonces qué hacía? ¿Terminaba su relación? ¿Tiraba todo por la borda? ¿Renunciaba al amor de su vida solo porque no pudo tener un poquito de paciencia? ¿Debía reclamarle decirle—?