James estaba seguro de que no tenía guayabo, al menos no uno físico. Pero si guayabo emocional, como Borja le llamaba a ese sentimiento de tristeza pero vacío a la vez, cuando ya no quedaban lágrimas por llorar pero su garganta seguía cerrada y su voz ronca producto de ésto.Se veía como la mierda también, sus ojos hinchados y rojos dejaban ver la mala noche que había tenido, ¿Pero qué más daba? La copa había acabado y ahora todos iban directo a Colombia al recibimiento de su gente, su país. Un día más de fingir que su vida no se estaba cayendo a pedacitos, porque su vida, para todos allá afuera, eran sus hijos y el fútbol. Unos hijos sanos, inteligentes y amorosos, una carrera futbolística en su 'peak'. A James no le faltaba nada, solo un antioqueño.
— ¿Ya estás en condiciones para hablar? — Odiaba con toda su alma el hecho de que haya enseñado a Richard a no tocar la puerta si se trataba de él, porque definitivamente no estaba en condiciones de hablar ni siquiera de ser visto por alguien, mucho menos por Richard— Oh- amor, ven...
Odiaba cuando hacía eso, cuando pretendía que sus brazos podían deshacer todo el daño que sus palabras habían provocado. También odiaba su perfume y como lo distraía de lo que pensaba, dormía sus neuronas y lo convertía en un idiota enamorado que le perdona todas a su esposo.
— Tenemos que irnos, hablémoslo en el camino ¿Sí? —Richard asintió ante la petición de su amado, preocupado por su estado anímico y físico. Sabía que era su culpa, que debía de ser mejor esposo, prestar atención a lo que le pedía. Pero si lo sabía ¿Por qué no lo hacía? Eso mismo le había preguntado Arias cuando el 6 le comentó la situación, y honestamente, él tampoco sabía porque no lo había hecho.
En el camino al aeropuerto James solo pudo notar que los semáforos estaban verdes y rojos, verde, rojo, rojo, verde. Se quedó viendo la calle, 'si el siguiente es verde, le pido un tiempo, si es rojo me quedo'.
Amarillo.
¿No sabe? ¿El mismo universo está en duda? ¿Qué mierda hacía entonces? Tal vez su molestia se hizo obvia, puesto que Richard llevó su mano hacia su pierna, acariciando suavemente su muslo como forma de llamar su atención.
El 10 volteó a ver a su esposo, siendo recibido por una sonrisita y un besito. Bueno, le haría caso a los semáforos 'no sé' sería más que suficiente por el momento, seguirían en esa cuerda floja hasta que el peso de sus errores los haga caer de cara a la realidad que estuvieron evadiendo todo este tiempo.
— Podríamos ir a Bello ¿No te parece? Con tus hijos, mis padres... Una cabaña tal vez. —La propuesta de Richard sacó de lugar al mediocampista ¿De verdad quería que conociera a sus padres? ¿Bajo que contexto? ¿Como amigos o pareja? Se sentía mal al desconfiar tanto de las palabras de su esposo, ¿Pero qué podía esperar? No era la mejor época en su relación, era normal que su confianza pendiera de un hilo aún más delgado que el que los sostenía a los dos. James no respondió, volteando a ver instantáneamente a Endrick, quien estaba sentado solo a dos asientos de ellos, la selección repeliendolo como si fuera la peste misma.— Endrick se va a Brasil apenas termine la celebración, no hay nada de que preocuparse.
Nuevamente el rizado leyendo su mente, no pudo evitar reír y negar ante el cinismo. Así que él sabía que Endrick le generaba conflicto, y decidía hacer nada al respecto. Prefería el tiempo en que vivía bajo la idea de que Richard era tan idiota como para no darse cuenta de que a James le molestaba Endrick, ahora que sabía que él era consciente de eso ¿Cómo se lo tomaba?
Simplemente asintió, ignorando su parloteo cuando el sueño le pegó, recostándose en el hombro de su esposo, deseando no despertar para encontrarse nuevamente con los celos injustificados y las miradas de reproche que sus amigos le daban siempre que lo veían tragarse sus sentimientos y lágrimas que solo soltaba en la soledad de su habitación.
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El vuelo de vuelta a Colombia había sido largo, con Muñoz peleando cada cinco minutos porque se comían sus fichas en parqués, Lorenzo intentando tranquilizarlos y James intentando lidiar con su guayabo descansando en las piernas de su esposo conformaban un vuelo algo curioso.
Al descender en Bogotá, la hinchada no se hizo esperar. Miles de personas con camisetas amarillas los esperaban fuera del aeropuerto listos para la caravana. El mediocampista mentiría si dijera que no estaba nervioso. Haberse ganado la copa no había sido fácil, pero era algo en que no dejaba que sus nervios intervinieran, ¿El público? Siempre conseguían ponerle los nervios de punta, aún más desde que estaba con Richard, el pánico de que, por obra de magia, un periodista le dijera que ya sabían su secreto, le diera pruebas, filtrara su secreto... No podía volver a sobrepensar así las entrevistas, el día de hoy iría bien, sin nada que alterase su psique.
Pero antes de todo ¿Dónde estaba Richard? Parecía que lo había perdido en algún punto en el aeropuerto, James comenzaba a preocuparse, él sabía muy bien lo fácil que era terminar entre la masa de gente, aún más con la terrible seguridad que les ofrecían. Nervioso y lleno de pánico por la pérdida de su esposo, se dirigió a Muñoz esperando su ayuda.
— Daniel, pai, ayúdeme a buscar a Richi, no lo encuentro. — Su amigo rápidamente asintió, chiflandole a Borja para que le ayudase a buscar a su esposo. James, por otra parte, comenzó a buscar con ayuda de Ospina y Arias.
— Cuanto a que está malo del estómago y le dio vergüenza cagar en el baño del avión. — Bromeó Daniel con su compañero de equipo mientras se dirigían a los baños del aeropuerto, riendo como niños pequeños y empujándose entre sí juguetonamente, sin tomarse muy en serio la búsqueda de Ríos. — Uy gas hay gente culiando, parce... — Susurró el defensa al entrar a los baños y escuchar jadeos y demás ruidos que indicaban lo que estaba sucediendo en uno de los cubículos. No fue hasta que se acercaron que se dieron cuenta de quienes se trataban, los pequeños pero no desapercibidos "Richard" se escuchaban al estar tan cerca. — Jueputa.
Al instante que Daniel pronuncia ese quejido, por la puerta del baño se aparece James junto a Ospina y Arias, el mediocampista pálido ante la presunta desaparición de su esposo sin saber que estaba en un cubículo dándole como a rata a alguien que todos sabían muy bien de quién se trataba.
— Gonorrea hijueputa... — Pronunciaron al tiempo Muñoz y Borja. Estaba por armarse la de Troya en ese baño, solo era cuestión de que Richard saliera de ese baño para que todo explotara.
Hola, Holaaa.
Perdonen por la actualización tan corta ¡Prometo que la siguiente tendrá más contenido!
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RENEGADE (JICHARD)
RandomCuando al acabar la copa América Richard decide celebrar con Endrick, James empieza a cuestionar su paciencia.